Soy consciente de que mis palabras pueden acarrearme el desdén de algunos próceres e ilustres de la ciudad, que parecen alzar el nombre de Torrevieja con el mismo entusiasmo que Agustina de Aragón gritó «España» en el sitio de Zaragoza; claro, que sólo hacen hincapié en lo referente a sus querencias e intereses. En el manual no escrito de buen torrevejense no estamos aquellos que levantamos la voz frente a esas querencias e intereses.
Buena prueba hemos tenido con el tema de la reversión del Hospital Universitario de Torrevieja, un tema en el que se han traspasado todos los límites, en los que se ha agitado la calle, no en defensa de una sanidad pública, sino en apuntalar los intereses de una multinacional, que, no lo olvidemos, ha hecho negocio de la sanidad de todos. Y que, a la hora de pasar el testigo a la gestión pública del mismo, se ha comportado como un señorito al que le han despojado del que consideraba su cortijo exclusivo.
Nos hemos convertido en una sociedad de desmemoriados, donde la actitud ética ha quedado enmarañada en un lozadal de laxitud. Tomar partido está mal visto. Decir lo que se piensa en el ámbito privado se tolera, pero dar el salto a la opinión pública ya es harina de otro costal. Sobre todo si no es coincidente con la opinión oficial del gobierno actual en Torrevieja.
Siempre he sentido simpatía y admiración por los que se atreven a la heterodoxia, por aquellas personas que han alzado su voz por encima de Tirios y Troyanos. Si he de tomar partido, me decanto por el grupo de todos y todas las que en un momento dado han asumido el riesgo de alzar la voz y mantenerse firme en ella, aún a costa de perder ese plato de lentejas, o esa posición de privilegio, que han sabido resistir al «no te metas en líos y sigue la corriente».
Otro tema que ha aparecido en estos días, promovido en redes sociales como globo sonda previo al fallo del Premio Diego Ramírez Pastor, es la promoción para dicho premio del nombre del ex-alcalde Pedro Ángel Hernández Mateo. Aquí tengo que dividir este asunto en dos ámbitos: en el personal y en lo político.
En lo referente a lo personal, soy más amigo del perdón y de la comprensión que de cualquier otra cosa. En lo que hace referencia a lo político, la cosa cambia. El espacio de lo público exige un comportamiento ejemplar en todos los sentidos. Exige una conducta intachable, una aproximación al interés público alejado por completo de cualquier sospecha, de cualquier tentación de poner el interés privado por encima de los intereses colectivos. Sé que hay muchos negacionistas, ya no sólo de las vacunas, sino también de la corrupción en Torrevieja en aquellos años oscuros. Y lo que pasó en Torrevieja con respecto a la adjudicación a Acciona del contrato de las basuras tuvo su sentencia judicial inapelable y que condenó al ex-alcalde a tres años de prisión, siete años de inhabilitación y a una multa de 10.500 euesros por prevaricación y falsedad documental en la adjudicación del servicio municipal de recogida de basuras en el 2004.
Por todo ello debo alzar la voz y lo hago públicamente. Y digo sin ambages ni dobleces que no a esa candidatura y a la concesión del Premio Diego Ramírez Pastor a Pedro Ángel Hernández Mateo. Máxime cuando entre las condiciones que expresamente piden las bases del mismo se encuentra que se otorgará a aquellas personas o entidades que destaquen por su labor altruista en pro de Torrevieja. No parece que este sea el caso.
«Soy consciente de que mis palabras pueden acarrearme el desdén de algunos próceres e ilustres de la ciudad, que parecen alzar el nombre de Torrevieja con el mismo entusiasmo que Agustina de Aragón gritó «España» en el sitio de Zaragoza»
Yo nunca miento a Agustina de Aragón, y mucho menos a España, sin antes lavarme la boca con jabón, cepillármela con dentífrico, repasarme los espacios interdentales con la seda, enjuagar con colutorio y desodorizar con spray.
Con que aplícate el cuento.
Ah, «y lo que pasó en Torrevieja con respecto a la adjudicación a Acciona del contrato de las basuras tuvo» el voto a favor de tu Partido (no, por si ya no te acuerdas…)