GALERÍA DE FOTOS AQUÍ
» Eduardo Dolón: “El Teatro es un gran escenario, pero quiero ratificar mi compromiso en que el Certamen volverá cuanto antes al que es su lugar, las Eras de la Sal, espacio único y referente mundial del género de la Habanera”
» El Patronato de Habaneras concede su Escudo de Oro a los coralistas torrevejenses con una mayor trayectoria: Pilar Quesada, Josefa Sala y Edmundo Boj
El 68º Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, declarado de Interés Turístico Internacional y Medalla al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana ya ha comenzado su andadura, en una edición con muchos matices empezando por el cambio de ubicación.
Nunca antes, desde que fuera instaurado en 1955, se había celebrado en un recinto cerrado. Hasta 1974 lo hizo en el paseo de Vista Alegre –donde este año se ubica una pantalla de grandes dimensiones en la que se puede seguir en directo el Certamen- y a partir del año siguiente se trasladó a su ubicación de referencia, las Eras de la Sal. Conjunto histórico-monumental en el que ya se han acometido los trabajos arqueológicos preceptivos para el gran proyecto de rehabilitación integral, imposibilitando por el momento la celebración allí del Certamen.
En este sentido, el alcalde de Torrevieja y Presidente del Patronato Municipal, Eduardo Dolón, manifestó en la inauguración que “el Teatro es un gran escenario, pero quiero ratificar mi compromiso en que el Certamen volverá cuanto antes al que es su lugar, las Eras de la Sal, espacio único y referente mundial de su género de la Habanera”. De hecho, esta semana van a tener lugar reuniones con el equipo de arquitectos encargados del proyecto a fin de avanzar con la mayor diligencia en su consecución. El primer edil ha añadido que, junto con el cambio de ubicación, “la noticia de este 2022 está en que después de dos ediciones, ya estamos en disposición de recuperar la competición y la presencia coral internacional”, subrayando que pese a la pandemia “Torrevieja no ha dejado de celebrar ningún año este Certamen con una capacidad de reinvención extraordinaria”.
Las palabras de Eduardo Dolón se produjeron a continuación de un anuncio importante, el de la concesión del Escudo de Oro del Patronato. Galardón que en esta ocasión ha recaído en los coralistas torrevejenses con una mayor trayectoria: Pilar Quesada, Josefa Sala y Edmundo Boj. Los tres han recibido este reconocimiento visiblemente emocionados y sorprendidos, pero a la vez con enorme gratitud.
La presentadora, Carolina Casado, que se pone al frente del Certamen por décima ocasión, introdujo a “Nostrum Mare Camerata” y al coro de cámara “Ad Libitum”, que llenaron de vistosidad el concierto inaugural de exhibición, fusionando el tango y la habanera.
Entre las autoridades que respaldaron esta inauguración del Certamen se encontraba el Director General de Turisme de la Generalitat Valenciana, Herick Campos. Ante los medios subrayó el prestigio que tienen las Habaneras de Torrevieja y que van más allá del lugar físico en el que se celebren.
Hoy lunes tendrá lugar la primera de las dos veladas con coros de Torrevieja. Subirán al escenario del Teatro Municipal el coro y orquesta Maestro Ricardo Lafuente; la masa coral José Hódar y la coral torrevejense Francisco Vallejos.
No sé donde ponerlo:
España arde por los cuatro costados. Cada día hay más ecologistas pero menos bosques, más presupuesto verde pero más incendios y menos árboles. ¡Qué habéis hecho de España? Franco nos dejó un país muy apañado: embalses, pantanos, trasvases, regadíos, campos, bosques, industrias y turismo. Os lo habéis cargado todo. Lo habéis arrasado. Nadie limpia el bosque, nadie hace nada, ni cortafuegos ni cisternas para recargar; nada.
Antes, con Franco, una cabra se comía 3, 4 ó 5 kilos de matorral seco al día. Con un rebaño estaba el monte limpio y «niquelao». Ahora, ¿qué? El pastor no se defiende, la burocracia autonómica no hace más que ponerle pegas, y ya no se limpia ni se aprovecha el monte. En vez de recoger la biomasa seca y aprovecharla localmente para producir calor o energía, yesca al monte, que arda bien. Me dicen que se ha presentado Antonio en helicóptero Superpuma a sacarse «afotos» para la posteridad. Con Franco y con las cabras el monte no se quemaba. Los españoles no quemaban el monte. Con Antonio, España enloquecida y en llamas. Subvenciones para todo, pero nadie manos a la obra. Qué desgracia tan grande.
Hasta 1973 el promedio de todos los incendios en España no superaba los 5000 siniestros al año y no superaban las 800 mil Ha (con los medios bastante precarios de la época). En los siguientes 25 años, los de la democracia, el número de siniestros se multiplicó por 2 y por 3 y las Ha quemadas por 4 y por 5. En los últimos 20 años la situación ha mejorado respecto del mismo periodo inmediatamente anterior, moderándose tanto en numero de siniestros como, sobre todo, la superficie de Ha quemadas.
Hoy la tecnología ha avanzado una barbaridad: hay drones militares cuyo techo de servicio es de 50.000 pies (15.240 m) lo que le permite observar desde una altura a la que es imposible detectarlo, todo ello con una autonomía enorme: más de 1.800 km de radio de acción o 28 horas de vuelo ininterrumpido, y a velocidades de hasta 350 kilómetros por hora.
Se le pueden montar sensores infrarrojos, navegación GPS, inteligencia artificial, programación de vuelo, comunicaciones, cámaras, extintores, recarga automática en su base (tanto la propulsión como la extinción), etc
Monfragüe tiene 179 km2, apenas 13,5 km de lado. Con la actual tecnología de drones se puede tener cualquier superficie perfectamente vigilada, controlada e intervenida de forma automática. De hecho a los militares no hay que explicarles esto. Tristemente parece que matar al prójimo es mucho más importante que salvar la naturaleza.
Los montes y el fuego no entienden de autonomías: el sistema autonómico no funciona en general y, en particular con los incendios, aún menos.
Ah, por cierto, en cuanto a las causas: provocados por un rayo o tormenta seca el 3% vs intencionados el 50%.