Sobre el mes de enero de este año, me fue diagnosticado un cáncer, por el equipo de oncología del Hospital de Torrevieja. Han pasado ya siete meses desde entonces, y aunque mi lucha diaria con el enemigo es intensa, no se rinde.
Se decidió que, para mejor comodidad, siguiera en casa el proceso y tratamiento de mi enfermedad, cosa que aceptamos de buen grado. Desde el primer momento se nos trató con toda clase de facilidades, poniendo a nuestra disposición silla de ruedas, oxígeno, y todo el material que necesitábamos.
Pero lo más importante, y el motivo de mi carta, es agradecer el trato tan humano y familiar que lleva a cabo la Unidad Hospitalaria Domiciliaria, y en especial al Dr. Ignacio Sierra y su enfermera Anna Veselinova, mis verdaderos Ángeles Custodios, que siempre han acudido en mi ayuda, en el momento y la ocasión en que les he necesitado… siempre con una palabra de ánimo, y sin un mal gesto, sea la hora en que hayan tenido que venir. Soy consciente de que la enfermedad que tengo puede ser larga y dolorosa, por eso no sería justo olvidar a estas gracias a Dana, mi mujer, mi familia y amigos, pero ellos no tienen conocimientos médicos, solo su amor hacia mí, por eso es de doble agradecer a estas personas que forman la UHD ese trato, que aunque sea para todos los enfermos por igual, cuando te toca a ti especialmente y recibes esos cuidados de forma tan eficaz, lo sientes y agradeces doblemente. Ignacio y Anna, siempre tendréis un lugar privilegiado en mi casa y en mi corazón. Gracias.
Agustín Nieves
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