Mahatma Gandhi
Por mucho que nos empeñemos, no nos podríamos mover más que imaginariamente del mundo o universo en que nos encontramos, a no ser que se logre dar el salto que nos permita conjeturar lo va a ocurrir, y esto lo consiguen únicamente los genios.
Los griegos lo llamaron «kosmos» indicando que todo funcionaba ordenadamente, y en el entorno romano se lo idealizó bajo el lema de «universalidad», pero ya pocos mantienen que no haya más que uno, aunque tampoco que opere al tuntún. Los científicos son los que más se han apartado de considerarlo como un paraíso creacionista, si oímos algunos gritos de alarma como los de Noam Chomski: «El verdadero problema del mundo en estos momentos es impedir que salte por los aires».
Mahatma Gandhi (1869-1948) fue, sin lugar a dudas, uno de los pocos que logaron humanizar el tema cuando se confrontaban los valores morales del este y del oeste en su país-continente, una India dividida en dos frentes que sólo se superarían gracias al talante de este personaje. Gandhi murió asesinado por un fanático que se oponía a su «sotyagrama» («aprende a ser desobediente sin violencia»), ya que el «ojo por ojo», decía, «hará que todos terminemos ciegos, aunque sin ceder jamás cuando alguien pretenda que doblemos la cerviz».
Y, como colofón de reflexiones, me complace poder citar aquella frase tedesca, incisiva y cortante con la que Franz Kafka se burlaba de quienes consideran nuestra vida como un teatro de marionetas, pretendiendo, en nombre de la libertad, manipularnos por medio de cordeles hasta que descubramos la garita desde donde nos controlan por medio de poleas: «Si quieres tener éxito en este teatro de la vida», escribió, «procura situarte en el área de quienes nunca piensan».
HECHOS Y DICHOS
El mundo está herido por su política sanguinaria. Mahatma Gandhi
PROVERBIO DANÉS
El fondo del corazón llega más allá que los últimos confines de los universos.
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