¡Uff, la de ganas que tenía de escribir sobre este programa! Estaba deseando que acabasen los juegos y otros eventos con más enjundia para hablar de este experimento veraniego de La Sexta, al que estamos invitados todos los días a las 21:30 horas. Y es que cuando el calor nos agota y tenemos nuestras neuronas fritas al sol, tanto que no sabemos distinguir el vino de la gaseosa, llegan los listillos y nos meten este homenaje al batacazo, que pretende ser una inspiración de los rompecabezas, y tratan de compararlo, sus creadores, con el «tetris», y tiene como resultados un experimento que lo único que demuestra es que los chimpancés no están tan alejados de los humanos.
Creí al principio que nunca escribiría de esto, porque lo retirarían de la parrilla, porque el presentador, Julián Lantzi, y los concursantes ofrecían pocas posibilidades de subsistir.
Lo mejor, sin duda, es que los participantes han de someterse a la humillación de enfundarse en un mono gris, absolutamente ridículo y que se pega al cuerpo como una segunda piel, dejando patentes tamaños de diversos paquetes, que no siempre corresponden con la envergadura de quienes los portan.
Lo siguiente es que antes o después van a caer al agua de un soberano tortazo, tras dejarse el careto contra un muro que avanza impasible hacia ellos troquelado con siluetas absurdas. Eso sí son auxiliados por azafatas y azafatos en minúsculos bañadores y cachas como ellos solos.
Creo que los creadores del programa decidieron que el muro fuese de conglomerado blando, para que ése se rompiese y así perseverar la seguridad de los concursantes. Pero yo hubiera preferido que se hubieran estirado un poco en el coste y hubieran hecho los muros de plomo u hormigón… quedaría más natural, ¿no? Y el trastazo resultaría más apoteósico.
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