Quedan ya pocos días para que termine el verano. Llega el momento de despedir a los amigos que nos visitan en estas fechas. Pero Torrevieja ya no es aquella que hace unos años se quedaba vacía en septiembre. Ahora es el principio de otra etapa, más tranquila y sosegada, con una temperatura más agradable. El otoño es una excelente estación para vivirla en Torrevieja, aunque éste puede ser calentito. Muchos tienen ya la vista puesta en la próxima primavera: son las elecciones municipales y se están tomando posiciones muy claramente, cada cual a su puesto, sin dejar un resquicio desatendido. Puede haber quien no lo advierta todavía, pero los movimientos son clarísimos. Se percibe en el ambiente otro aire distinto, no de cambios, ni siquiera de actitudes, no es eso, sino de escenificación bien preparada. Acudir allí donde antes no se iba, aparentar interés por lo que se ignoraba, abrazar, saludar a diestro y siniestro, en fin, entrar en campaña.
Es como una época de exámenes y así se lo preparan -algunos-. Después se olvidarán y el que haya conseguido su «sillón» se podrá aferrar a él como hacen algunos, sin rubor ni verguenza, para cobrar sin dar golpe, o, peor aún, dándolo al lado contrario y para su propio beneficio. Pero ahora no debemos olvidar que es nuestro momento, no nos dejemos engañar por promesas vacías, hipocresías y oropeles. Desechemos el miedo y el desánimo. Tomemos buena nota de todo, que hay personas buenas y honradas, no todo está perdido. Hace falta ilusión, no desmoralizarse y buscar sin desmayo lo mejor.
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