Contra la violencia de género

Gabriel Estañ
Secretario general Juventudes Socialistas Vega Baja

Carne de yugo ha casado
y ya sabe que el dolor
es una corona de grave
de sal para la esposa.

Estoy seguro de que al poeta no le importará la utilización de sus inmortales versos para su adaptación a otra de las calamidades de nuestro tiempo: la lacra de la violencia de género que cada año se cobra un número de vidas que nos llena de tristeza a la mayoría de los españoles. Y si bien se conmemora su lucha una vez al año, muy próxima además, todos nosotros y todos los días deberíamos hacer frente a esta triste realidad.
En nuestro país, durante este 2010, han muerto ya más de medio centenar de mujeres, mientras que en otros lugares como Honduras, con menos de ocho millones de habitantes, el número supera los dos centenares. Tristemente conocida es la población de Ciudad Juárez en Méjico. De muchos países ni siquiera hay datos. Además, a estos números hay que añadir a todas aquellas mujeres que sufren malos tratos físicos, psicológicos o vejaciones.
Porque cada víctima es una tragedia y salvarlas es cosa de todos. Ya no valen los tópicos que durante años se han utilizado para obviar la realidad. Es el momento de actuar y librar a millones de personas de este yugo. Debemos dar apoyo a estas personas, pedir asesoramiento a los profesionales y tener muy presente que, del mismo modo que cuando alguien presencia una pelea callejera acude a los cuerpos de seguridad del Estado, debemos actuar igualmente cuando la violencia se ejerce dentro del hogar de nuestros vecinos. Puede parecer una obviedad, pero me temo que no siempre es así y hay un elevado exceso de casos que demuestran que, tal vez, se pudo hacer más. Todos, hombres y mujeres, debemos ser «el martillo verdugo de esta cadena».
El actual machismo, origen de todas y cada una de esas víctimas, es consecuencia de nuestra sociedad durante miles de años, pero es nuestro deber lograr que desaparezca de ella. Para esto, es necesario eliminarlo de todos sus niveles: desde los medios de comunicación, al empleo, la familia y, sobre todo, en la educación. La implicación de los hombres es de vital importancia para lograr su erradicación y las entidades abiertamente machistas deben ser repudiadas por el conjunto de nuestra población, pues son ellas unas de las favorecedoras de este comportamiento, al mismo tiempo que todas aquellas personas que habitan en nuestro territorio deben aprender a convivir en una sociedad igualitaria sin diferencias entre las personas en función de su sexo en ningún ámbito.
Porque, siendo diferentes, debemos tener las mismas oportunidades y los mismos derechos. Ni una mujer más maltratada por ningún hombre.

2 comentarios

  1. ¿Hay cada día más o menos violencia en las parejas? ¿Cuando éramos machistas por legislación morían más o menos mujeres a manos de sus parejas? ¿Y qué de cuando íbamos a misa, había más o menos conflictos en el seno familiar? ¿Y cuando había empleo y bienestar había más o menos peleas en los hogares?
    Mi consejo es reflexionar sobre estas preguntas y muchas otras más. Lo otro es progrez ñoñita.

  2. Las estadísticas dicen que hay más violencia en las parejas de hecho que en los matrimonios canónicos. ¿Qué tiene que decir la izquierda a esto? Cayo Lara ha dicho que la violencia actual tiene su origen en la educación de hace 30 años. Menos mal que no se ha remontado a la época de los iberos.

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