«A la puerta de un rico avariento llegó Jesucristo y limosna pidió, pero el rico en vez de limosna los perros que había se los achuchó. Pero quiso Dios que los perros de pronto murieran y el rico avariento «probe» se quedó».
¡Vaya con Dios! Animalicos.
«Dos pastores corrían «pa» un árbol huyendo de una nube que se «alevantó». Cayó un rayo, a nosotros nos libre, pero a uno de ellos lo «acarbonizó». Pero al otro no, que llevaba la estampa y reliquia de la Virgen Pura de la Concepción».
¡Oxte puto!, que diría Sancho Panza.
Joaquín Botella García
(Benferri)
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