Sólo hay que leer los titulares de las últimas semanas para darse cuenta de que la economía no va bien. Y no se trata simplemente de una crisis temporal, sino que la economía no va bien como sistema integral. El neoliberalismo exacerbado que hemos vivido en el último siglo, basado en el crecimiento exponencial y en el enriquecimiento de unos pocos a expensas de los demás -y centrado enormemente en actividades especulativas- no sólo genera graves impactos e injusticias sociales, sino que actualmente también está contribuyendo de manera irreversible a la destrucción de los recursos naturales de nuestro planeta.
Pero, por otro lado, es terriblemente indignante que los bancos centrales de las principales potencias económicas corran ahora a socorrer los problemas de liquidez de los bancos privados con el dinero de toda la ciudadanía, socializando así las pérdidas derivadas de una mala gestión empresarial que durante años ha ido generando altísimos beneficios para unas reducidas élites. Quizás ya ha llegado la hora de un cambio profundo del paradigma económico, atacando frontalmente la especulación, y basándolo en la economía social y las finanzas éticas, como herramientas para lograr una sociedad más justa y sostenible.
David Díaz de Quijano
Economista (Barcelona)
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