La quimera del… ¡piso!

Hace muchos años se vivió en Estados Unidos «la conquista del Oeste o la quimera del oro». En la película se ve cómo salían las familias en carretas o a caballo, cruzando las grandes estepas, y cogiendo la mejor parcela junto al río para lavar el mineral. Se apreciaba en ellos la codicia, o, como dice el refrán: «quítate de ahí, que me pongo yo». Si alguno caía de su montura, era pisoteado por los que iban detrás; quedaban destrozados entre las patas de los caballos o los radios del carro. No todo el mundo lograba ver su sueño realizado de tener una ganadería y sembrar la joven higuera, y eso se convertía en fiasco. Actualmente, aquí, en España, concretamente en Fuenlabrada, se ha estado viviendo una cosa similar: algunas familias han estado hasta seis días con sus noches a 5 grados, esperando la ocasión de poder adquirir una casa más económica que las que hay en el mercado inmobiliario. Don José Moreno, alias «el pocero bueno», «el pocero de Fuenlabrada» y «el Robin Hood del ladrillo», con su anuncio de 2.100 viviendas de entre 70 y 90 m2 por 120.000 euros (20 kilos) ha conseguido más unión entre las personas que persiguen un mismo fin que algunos mítines. Lo que resulta deplorable y humillante es que se vean esas personas abocadas a conseguir su morada como si pidiesen limosna, pero que no se hagan ilusiones, que por muy bonito que lo pinten no es oro todo lo que reluce. Cuando yo compré mi primer piso por 324.000 ptas., creí que era una ganga, pero empezaron a surgir pagos que no se esperaban, como 24.000 ptas del ahorro-vivienda, escritura provisional, 35.000; intereses de no sé qué rollo otras 27.000; la contribución, antes de entregar la vivienda, 5.500… Total, que en 12 años que tardamos en pagarla y hacer la escritura definitiva, con el cuño correspondiente, salió por 750.000, o sea, el doble. ¡¡¡Conseguir donde vivir, hoy por hoy es… «La quimera del piso»!!!