Hace unos días que el Senado ha ratificado la modificación del artículo 135 de la Constitución, con una gran mayoría, después de haber sido aprobada la misma por el Parlamento. Esta modificación, lo único que pretende es regular el equilibrio presupuestario en las Comunidades y el propio estado, evitando las emisiones casi constantes de deuda pública para financiar los importantes déficits que algunas de estas comunidades tiene y que repercuten en el del estado. Como algunos políticos y periodistas dicen, esta modificación no era necesaria ya que de todos es sabido que no debemos gastarnos aquello que no tenemos y que los gastos deben estar acordes con los ingresos, buscando el equilibrio presupuestario, pero, en la realidad, es que no ocurre así, los políticos con tal de querer hacer más de lo que pueden y otros con obtener privilegios y poder, se gastan lo que no tienen ni disponen, creando un endeudamiento o déficit en sus gestiones que después tenemos que pagar los de a pie, y no solo la deuda, sino, también, los altos intereses a los que esta cotiza. Por eso el gobierno y la oposición, y yo creo que con buen criterio, han pactado esta reforma constitucionalmente para que no se desmadren, como ha venido ocurriendo, los presidentes de las distintas comunidades. Pongamos como ejemplo la Comunidad de Castilla la Macha, esta estaba al límite de la quiebra, ya que no podía ni pagar el gasto de farmacia de los usuarios de la Seguridad Social, teniendo establecido un déficit enorme que ya no podía aguantar, pero disponían de más de 120 coches oficiales que se han puesto a la venta, mas de 130 ordenadores personales móviles con datos de la comunidad que no se han devuelto, errores y descuadres de las cuentas oficiales con subvenciones ocultas y sin declarar, según datos publicados en algunos periódicos, lo que nos da una idea de la desidia y el descontrol de las cuentas públicas que financiamos los españoles con los correspondientes impuestos. Este acuerdo entre el gobierno y la oposición, ha sentado muy mal a las minorías, que se han visto desplazadas y no tenidas en cuenta ante este pacto de estado entre los dos grandes partidos, por lo que han perdido la oportunidad de sacar tajada como habitualmente están haciendo, vendiendo sus votos a cambio de prerrogativas y chantajes, pues, en este caso no pueden decir «yo te voto pero me tienes que dar esto o lo otro» se han encontrado sin posibilidad de efectuar este tipo de negociaciones y, ahí, está su disgusto y disconformidad. Qué pena que este tipo de acuerdos entre gobierno y oposición no se haga patente con más asiduidad. Otros también disgustados y, la verdad, no sé porque, han sido los grandes sindicatos que, a mi juicio, no están colaborando en absoluto con el resto de las fuerzas sociales, políticas y económicas para abrir caminos hacia la creación de empleo, solo saben parlotear y montar huelgas políticas que no sirven en absoluto para nada, parece ser que, lo de pensar y razonar, con ellos no va. Carlos García
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