Aquellos que creemos en la libertad de expresión, en la Información veraz y objetiva, que hemos apostado por ellas y sufrimos cada día por mantenerlas y dejarlas fluir, pese a los problemas que nos acarrea, quedamos estupefactos cuando escuchamos a un concejal explicar en el pleno y sin inmutarse, que se pagan cerca de 140.000 euros al año a una empresa de comunicación local por «informar sobre los actos que llevan a cabo las distintas concejalías». Es algo que no llegamos a entender muy bien, ¿o sí? Porque todos los medios locales acudimos, cuando somos convocados, a las ruedas de prensa, presentaciones, visitas de obra, inauguraciones, etc., para informar, sólo que hasta ahora pensábamos que los demás iban como nosotros, gratis total. Pero al escuchar al señor concejal, respondiendo a la oposición, hemos quedado perplejos, ya que, después de casi veinte años, intentando que nos faciliten -por ejemplo- las programaciones culturales con suficiente antelación para que la gente pueda enterarse a tiempo, hay veces que no llegamos a conseguirlo. Al contrario, en ocasiones hemos tenido problemas para desarrollar nuestro trabajo y resulta que por lo mismo, con todas las facilidades, según el concejal de Contratación se le están pagando a otras empresas más de 138.000 euros, o sea, 23.000.000 de las antiguas pesetas. Casi dos millones al mes, y en campaña 26.000 euros más. ¿Alguien puede pensar que, recibiendo semejantes cantidades de dinero, se puede dar una información imparcial? Por eso, en alguna ocasión hemos escuchado a concejales de la oposición decirles: «debéis de tener el sonido averiado, porque me veo mover la boca, pero no se me escucha».
Habría que aclarar que se paga la propaganda, la publicidad; pero nunca la información. La información auténtica, como el amor verdadero, ni se compra, ni se vende, y algo suena mal si se están pagando esas cantidades por informar.
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