¡Qué poco han cambiado las cosas desde la última vez que escribí para mis queridos lectores…! Veo por la tele a los dos hombres en debate (?). El amo ahora, por tres años más, y el que pudiera llegar a serlo. ¿Y qué se dicen que a nosotros importe? ¡Que borre de la lista al ministro mala facha…! ¡Que limpie primero en su casa el polvo de los caminos de la política…! Todos han tenido o tienen ministros mala facha… Todos han tenido o tienen polvos de los caminos… Malgastan su tiempo, que tanto nos cuesta, en palpable deterioro de la cosa. ¡Pero si aquí en esta democracia (?) no ha dimitido con dignidad nada mas que el sr. Asunción, aun a sabiendas de que el gol encajado se lo pudieron meter los mismos suyos…! ¿Ejemplarizante…? Ya lo vemos… Nadie. Nunca. Jamás.
Pero a lo que íbamos. Con una crisis galopante que nos aplasta, traducida en tantos hombres y mujeres con las caras desencajadas que piden ayuda… Con una crisis en la justicia desde siglos que no han sabido mejorar lo más mínimo. Con una crisis en las instituciones que no sabemos para qué sirven. Con el descontento inveterado en Medicina y Educación. Con un nacionalismo «feroche» que devorará a España y que lleva a lomos a una banda terrorista que nos advierte de vez en cuando de que está vivita… Y, naturalmente, una sociedad a la que no saben dirigir, deficientemente educada y acostumbrada en los últimos tiempos a vivir por encima de sus posibilidades… Así que, en el debate, «y tú, más». ¿España? ¿Los españoles? ¡Qué les importan! Cuando debieran estar trabajando codo con codo las veinticuatro horas del día. Cuando de una puñetera vez debieran renunciar como políticos partidistas a hacer los nombramientos en el Poder Judicial. Cuando debieran escucharnos de viva voz en referéndum en cuestiones de trascendencia, pues no es de recibo que se aprueben textos por siete a seis como si de un partido de tenis se tratase…
¿Y la Educación? ¡Oh, Educación para la ciudadanía…! El invento del siglo. Quiere educar el Estado, que tampoco, porque es el Gobierno de turno que tiene querencia de solaparse con él… Y ya estamos viendo a la ciudadanía enfurecida para linchar a tanto desgraciado causante de desgracias con nombre y apellidos. Marta esta vez, ayer Mª Luz, mañana… Pero el autobús ese con el lema bonito, tan progresista él, de que nos divirtamos, ¡bailad malditos!, está circulando por nuestras calles… Interesante sería saber con qué ojos y mientes lo contemplamos cada uno de nosotros.
Y el Dios que nos creó a los hombres, señores de todo lo que nos rodea y no nos impide el sano jolgorio y las alegrías -la interna del alma y la que se expande hacia fuera a los demás-, pero sí nos enseña una y otra vez a ser mejores, debe de estar estupefacto…
….Jesús le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?». Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres; me parecen árboles, pero andan». San Marcos, 8, 22-26. De la liturgia del miércoles.
JortizrochE
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