El terremoto pepero. Abajo la corrupción

Estimados contribuyentes, digo el terremoto pepero, y lo dejo a su consideración, por lo que se nos viene encima a las economías más débiles de la ciudadanía española, y me explico. Desde el 1 de julio, los ciudadanos/as tenemos el COPAGO encima de nuestras cabezas, para pagar parte de las medicinas, lo mismo pensionistas que el resto de la ciudadanía -con aumento-. Sí, señor/a; tener que pagar por un derecho que estos gobernantes nos van a quitar de un plumazo, con el argumento de la famosa crisis que los trabajadores no han creado, es de vergüenza. Sr. Rajoy, ¿no decía usted que no habría que pagar las medicinas? Vaya cara, «amigo», que tiene Ud.
Es una vergüenza que la gente de a pie tengamos que pagar los desmanes de estos desaprensivos, como son los bancos en su conjunto, y que ha llevado al paro y la desesperación a una parte muy muy importante de la sociedad española, y que sigue sin ver una salida coherente por la codicia de estos ladrones de guante blanco, que no tienen escrúpulos de que una parte de la ciudadanía española se muera de hambre. Tenemos el ejemplo reciente de Bankia. Un nido de especuladores, sin control democrático, que han dejado la entidad vacía, y quién sabe dónde se han llevado todos los ahorros de los españoles, y que ahora el PP se niega a que haya una comisión de investigación para que de una vez por todas se meta en la cárcel a estos chorizos. De presuntos, nada.
Dentro de la corrupción pura y dura, es escandaloso lo que esta pasando en el Consejo General del Poder Judicial, para tapar las andazas caribeñas de su presidente el sr. Dívar, digamos presuntas por si acaso. Que los contribuyentes tengamos que pagar las «presuntas» golferías de esta gente es de vergüenza, con 5 millones de parados en España.
Estimados amigos/as, esto existe porque la ciudadanía española, con el fútbol y algún aditivo más, está aletargada y atemorizada, por el bombardeo de los medios de comunicación -en su mayoría- de que esto es así y no hay más remedio que oír, ver y callar. Yo soy de los que dicen que nos tenemos que movilizar para parar estos atropellos. Ciudadanos/as, a la calle que ya es hora, para llenar las alamedas de voces de justicia y libertad. Amigos/as, estas voces en la calle tienen que ser para denunciar a estos políticos y funcionarios, según parece, vinculados al PP y que tienen la cara dura de decir que les salen esguinces en los dedos de la mano de tanto contar dinero público que va a sus bolsillos a parar. Tela marinera. O denunciar al «querubín» del antidemocrático alcalde de Torrevieja, sr. Dolón, que expulsa del Pleno a una concejala de la oposición que quiere controlar la gestión oscurantista municipal del PP. Que quede claro que esa concejala esta realizando su actividad normal, que para eso le ha votado una importante cantidad de torrevejenses. Pero claro, estos «pata azul» no lo entienden dentro de una democracia normal.
Posdata: El penúltimo espectáculo es la visita a Torrevieja del sr. Císcar, vicepresidente de la Generalitat, para dar una charla dentro de la campaña del PP para justificar los recortes que nos están aplicando en el Palacio de la Música, donde fue recibido con una sonora pitada por el colectivo que está luchando contra esta situación. Un evento para lucirse todos los guaperas y pelotas trajeados -para éstos no hay crisis- venidos de toda la Vega Baja para rendir pleitesía al próximo responsable político del PP por Alicante. ¡Cómo lucía palmito el sr. Albaladejo con su impecable traje! Luego, al resto de los asistentes, componentes de la tela de araña y estómagos agradecidos, pensionistas en su mayoría, espero que les hayan explicado cómo es posible que nos recorten pensiones, eliminen hasta el agua y los yogures en los hospitales, etc. Yo espero que, como los que estaban en la calle, también habrán pitado.
Nota.- Eso sí, el sr. Císcar custodiado por un montón de policías -aquí no hay recortes- a los que encima les pagamos el sueldo los contribuyentes. ¡Qué miedo tienen al pueblo liso y llano! Por algo será.
¿Hasta cuándo? Al tiempo.

Gerardo Garrido

1 comentario

  1. ¿No se cansa de oirse? ¿Es que no se da cuenta de que nadie le contesta, señal que nadie le hace caso?

    ¿Hasta cuándo? Al tiempo.

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