La condesa no piensa ir descalza

Está a la orden del día las mujeres jóvenes que se casan con ancianos, con el único objetivo de sacarles la «pasta». Dicen que se han enamorado, que es el hombre de su vida… ¡Pamplinas y paparruchas! No digo que alguna no sea sincera y se case por amor, pero, a la larga, hacen «aguas». Actualmente, la condesa Marie Douglas, de 36 años, se casó con un alto ejecutivo norteamericano de 66, y, tras 7 años de matrimonio conflictivo y lleno de infidelidades, al fin han decidido divorciarse, pero, «pásmese» la gente: la buena señora recibirá 32 millones de euros por la lucrativa separación, mas alega que necesita más, porque no puede vivir con menos de 40.000 semanales; o sea, que quiere vivir del cuento a costa del marido (menuda jeta). Haciendo indagaciones, he averiguado que, en España, miles de familias subsisten con 421 € al mes; algunos, con 383 €, y una gran mayoría sin una pela, ayudados por sus hijos. Ya quisiéramos ver a esa condesa, que no piensa quedar descalza, trabajando 10 ó 12 horas para ganar un mísero sueldo. ¿Qué haría la despilfarradora mujer para apañarse? Tendría que prescindir de sus lujosas mansiones, renunciar a los 6.000 € para viajar, 3.000 para potingues y peluquería, 1.600 para su «secretario» o sus 1.200 que gasta en equitación. Como dijo una famosa de aquí en cierta ocasión, «hago lo que cualquier ama de casa: desayuno, me lleva el chófer al gimnasio, sauna… Como en el club de golf. Por las tardes, tomo el té con mis amigas y luego acudo a los modistos para ver las novedades» ¡¡¡Sí, seguro que eso es lo que hacemos tú o yo, ¿verdad?!!! Qué desfachatez y falta de ética, habiendo lo que hay en el mundo de necesidades y miseria.

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