Lo que sólo comenzó con la tirada de unos bloques en la bahía de Gibraltar, lo que supuso la paralización total de pesca de muchos pescadores españoles de la zona, asi como la pérdida de sus trabajos y de ingresos para sus familias, más la posibilidad de un daño ecológico a la zona, ha llevado al Gobierno español a tomar medidas, correctas o incorrectas, como tratar de introducir una tasa de unos 50 euros a Los visitantes que entran y salen de Gibraltar, pero no a Los trabajadores, lo que parece ha provocado paralizaciones de dos a tres horas de cola para entrar en el peñón. Dicha medida parece no ha agradado a los ingleses, y, por consiguiente, ha habido ciertas reacciones contra la postura de España por cierta parte de la prensa inglesa, de algunos politicos y también de algunos ingleses viviendo en España… Una política inglesa en el Gobierno dijo algo así: «deberíamos plantearnos el desviar el turismo inglés hacia otros países en vez de España»; también dijeron: «El Gobierno de España está desviando su serio problema económico hacia otras latitudes de una manera equívoca», y otra frase dicha fue: «la soberanía no estará sobre la mesa», y también dijeron algo así como que «a los españoles no les gustan los ingleses». Respecto a la última opinión, yo creo que nosotros los españoles hemos recibido a los extranjeros con los brazos abiertos, y dichos extranjeros, especialmente los británicos, han abierto negocios, asociaciones, grupos culturales/sociales, etc., en España, y continúan conviviendo con nosotros sin el más mínimo problema, que un servidor
sepa.
Continuando con Gibraltar, los mandatarios de ambos países hablaron de la situación, y, es más, ahora parece que España desea que miembros de la UE se presenten en Gibraltar e investiguen la situación de unas posibles irregularidades contrabandistas, por llamarlas de alguna manera, porque nadie parece saber de qué se trata, pues nada se ha dicho en concreto. Tanto Inglaterra como España han batallado duramente para ser lo que son hoy, no mucho, especialmente considerando
la pérdida o el abandono de las colonias por parte de ambos, la decadencia de la revolución industrial Inglesa, la época de las vacas gordas y del boom de las inmobiliarias, la pérdida de la influencia de los sindicatos, la decadencia del respeto hacia ambas Mornarquías por su inestabilidad social y pública, la corrupción y el fraude, así como la inestabilidad política en ambos países, etc. Y, ¿con qué parece se han quedado? Parece que con casi nada, con el orgullo posiblemente, que es la causa de casi todos los problemas que les rodean, porque el problema de Gibraltar todos sabemos que no es un problema económico o financiero, es un problema político, que no se solucionará sin sentarse delante de la mesa y hablar con humildad y respeto entre ambos, sin olvidar que tanto nuestro país, como el inglés también tienen otras posesiones que habrá que dilucidar en el futuro.
¿Colonias, posesiones, estrategias, armamento nuclear, guerras? ¿Pero qué le está ocurriendo a nuestro mundo civilizado? ¿Es que ya parece que no pueden pensar o actuar sin empuñar algo en sus manos o movilizar algo sin pensar en el daño a causar a inocentes que no tienen culpa de nada?
José Antonio Rivero Santana
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