Gabriel Estañ
Secretario de Política Institucional PSOE Vega Baja
Recuerdo haber escrito un artículo con título igual o muy similar algún tiempo atrás, cuando la política ya estaba muy desprestigiada y se metía en el mismo saco a quienes durante años habían sido perseguidos y asesinados en el País Vasco con quienes se habían dedicado a desplumar las arcas públicas. O a amañar contratas de basura por casi 100 millones de euros. Cuando obviamente no existía ni existe ni punto de comparación.
Hoy de nuevo seguimos encontrándonos ante la misma tesitura. No creo que la política corrompa, pero sí creo que el poder atrae por un lado a quienes desean la corrupción como a quienes en la necesidad de luchar por una sociedad mejor. En algunos casos, sobre todo a nivel local, y nuestra Torrevieja no es una excepción, también atrae a personas más interesadas en «sacar barriga» y cobrar un sueldo que en gestionar de manera eficiente los recursos públicos para generar riqueza.
¿Qué podemos hacer a nivel personal ante esta triste realidad? Para comenzar, reflexionar seriamente antes de otorgar nuestro voto a un partido político. Hecho esto, podemos incluso decidirnos a participar activamente en la vida política a través del partido que consideremos más nos representa o por qué no, creando uno propio. Y debemos exigirnos realizar nuestra labor de la mejor manera posible.
De igual modo, deberíamos exigirnos participar activamente en todas las actividades sociales que defienden nuestros derechos o los de los demás y que se ven directamente influidas por la política. Me refiero a la participación en las AMPAS, asociaciones de vecinos, ONGs, sindicatos… Tal vez si todos nos hubiésemos implicado un poquito más no hubiésemos llegado a esta situación y es posible que nuestra participación activa nos ayude a salir de esta triste crisis económica, financiera y política.
Sin embargo, la actual situación política tiene un actor que lo define todo: el Gobierno del PP y todas sus extensiones: desde la incapacidad de Alberto Fabra o Ana Botella a las «amistades peligrosas» de Núñez Feijoo con narcotraficantes en Galicia. La nueva ocurrencia del Gobierno de Rajoy es la creación de una «ley mordaza» con la que acallar las protestas de la gente, que unida la supresión de subvenciones a publicaciones culturales o sociológicas vinculadas a «socialistas, comunistas, sindicalistas, judíos y gitanos», junto a la descarada manipulación de los medios públicos, nos recuerda a otras épocas.
Y no, señores y señoras, no podemos aceptar que se proclame a los cuatro vientos que todos los políticos son iguales, porque ese discurso ya ha sido bastante explotado en este país por los enemigos de la democracia. Hoy es el momento de reivindicar una política más pura, más honrada y con un mayor grado de preparación, al tiempo que debemos exigirnos como sociedad una mayor implicación, ya sea en la vida política o a través de los movimientos ciudadanos y ONGs tan necesarios en nuestros días.
No, no todos los políticos son iguales; también los hay peores: escándalos EREs y UGT Andalucía. Don Estañ, haga como yo y no se meta en política.