A pesar de que siempre oímos a los políticos -sobre todo a nivel nacional- decir que va todo mejor, lo cierto es no se nota esa mejoría. Son momentos tan difíciles, que ni en fiestas se animan mucho. Esperamos a que termine el año, con la ilusión de que el nuevo sea mejor. Vemos caer demasiadas cosas a diario. El cierre de la televisión pública valenciana ha traído manifestaciones por tantos despidos y comentarios por todo el país. La manipulación que se ejercía en Canal Nou ha dejado claro a los profesionales que no se puede perder la dignidad para mantener un puesto de trabajo. Al final, ellos han perdido lo uno y lo otro. Declaran que obedecían las ordenes, que les obligaban a obviar la realidad y decir sólo aquello que les interesaba. Es un aviso a navegantes. Vemos demasiado a menudo cómo se cortan declaraciones, se «adaptan» noticias, se hacen entrevistas a la carta, para complacer al poder, algo que suele ser muy rentable.
La libertad de expresión es la base de la democracia y se está adulterando de forma escandalosa; con el inmenso perjuicio que se hace a la sociedad. Es triste ver la caída de una televisión, sobre todo por la forma en que se ha hecho y después de tantos años de despilfarro y apoyo a la corrupción. La mayoría de los valencianos ni veían Canal Nou, por su reconocida manipulación. Pero siempre hay quien cree lo que ve, a ojos cerrados, sin pararse a discernir lo auténtico de lo falso; ahí está el mal, imperdonable. Cuando se ha luchado tanto por mantener un hilo de libertad, se han sufrido represalias, incluso, por no querer plegarnos a criterios que la justicia ha demostrado no deseables, no podemos por menos que sentirnos reconfortados en nuestra humilde postura. Disfruten de las Fiestas.
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