«Colesterol»: ¿una ONG teatral?

Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro

A veces, me lleno y vacío de lo mismo: de lo que NO SOY. A veces, me muevo sin querer, y acierto. Otras, me equivoco torpemente, mientras veo alejarse la ocasión. ¿La ocasión de qué? Da igual. Algo que pudo ser y se diluyó en la nada. A veces, amo y dejo de hacer preguntas estúpidas. Me quedo ensimismado, y comprendo a ese horizonte tan sereno: soy yo, dibujado con la ayuda del mar y un cielo terrenal. Me pierdo si me busco. Estoy más cerca si me olvido (de mi),……cerrar los ojos es caminar, por fin, sin excusas.
Sí señor, cualquier camino estuvo siempre bien para Colesterol Teatro (Torrevieja, 1999), que ahora parte, una vez más, hacia el otro continente amigo. Guatemala, sabrá de nosotros y diciembre nos echará de menos, solo mediterráneamente. No tenemos vocación de misioneros. Tampoco repartimos leches, ni arroz «La Cigala». Nosotros, contamos historias, que es otra forma de nutrirse. Se nos entienda o no, siempre hay gente que lo agradece. Me refiero a la de esos países que, por unos días, nos han acogido desde que, en 2004 (Corea del Sur), decidiéramos, sin ningún tipo de ayuda oficial (por eso lo de NO GUBERNAMENTAL, porque ORGANIZADOS, lo estuvimos siempre), coger carretera y manta, y tirar palante, como unas cigarras, absolutamente conmovedoras en su inocencia.
Nunca estuvimos, como actores, en los grandes teatros de esas grandes ciudades innombrables, por obvias. Nuestros destinos han sido siempre pueblos pequeños, poblaciones modestas, pero entrañables (Francia, 2005 y 2012, y Alemania, 2010). La cultura teatral se filtra por cualquier agujero astral y, por dos veces (2006 y 2012), fue capaz de llevarnos hasta la India de Rajneesh Bhagwan, alias OSHO. Nunca nos hemos sentido tan arropados por la gente, como cuando el lugar era imposible o extraño para desarrollar nuestro manejo teatral (Argelia, 2007). También, Suramérica (Argentina, 2008 y 2010-Chile y Perú, 2011), compartió, con nosotros, el lado salvaje de su naturaleza andina y la lengua tuneada del gallego currela que allí creció. Letonia (2008), nos dibujó la belleza congénita de sus rubias sirenas en nuestros sentidos. Nos quedamos con las ganas, entonces, de darnos un buen chapuzón en las aguas heladoras de ese mar Báltico y cabrón, que nos las arrebató de nuestras pupilas y nuestros brazos de simios del Sureste ibérico y patán. Solo en USA (Florida, 2010), pudimos comprobar cómo trabaja la industria del espectáculo (en cualquier versión) y nos transportó a un Broadway de habla hispana, con tanta precisión y autenticidad, que se nos saltaban las lágrimas, joder.
Damos y recogemos lo que nos ofrecen, que no es poco, a pesar de lo precario del asunto, a veces. No nos sentimos embajadores de nada ni de nadie. Solo procuramos ser unos buenos huéspedes: honrados, fugaces y agradecidos.
Después de 14 años, aún seguimos vivos, sí. Torrevieja nos acoge anualmente, también. Y en marzo, estrenaremos «Mi tío, el Gurú» en el centro cultural V. Del Carmen. Luego, en abril, visitaremos Vitoria para experimentar la lluvia y las tapas, como vascos de ocasión. Cuando escribo esto, siento cierto automatismo en mis frases: como si me faltara ilusión. Esa que se va quedando por el camino, ya ves. Lo que decía al comienzo, sí: «algo que pudo ser…..».
Me explico. Eduardo, el alcalde actual de Torrevieja, y yo, compartimos un tiempo de cierto común entusiasmo por esta forma de expresión. Dolón, empatizaba con el hacer teatral de Colesterol (a pesar de la actitud negativa del capo enchironao y la de su lugarteniente Joaquín, el Turbio, al que le hubiera encantado darme, personalmente, una patada nazi en mi culo de rojo irreverente, según él). A mí, me gustaba el tono conciliador del entonces concejal de cultura. Pero, o no hubo tiempo suficiente para amalgamarnos de verdad, o faltaron, por su parte, ganas de asumir una ligera crítica en su carrera política, en progresión entonces, al tener que aceptar una actitud en rebeldía permanente como la nuestra (Colesterol, nunca fue partidario del adoctrinamiento derechófilo del PP). El caso es que, la oportunidad de situar, con su apoyo, a este jodío grupo independiente donde se merecía, por su recorrido internacional y doméstico, se pasó, como el arroz a mi madre, todos los domingos y fiestas de guardar, amén. Él, es ahora el que parte el bacalao y nosotros seguimos viajando por y para el teatro, nuestra leal pasión incombustible, en las mismas condiciones que cuando empezamos (cero pelotero).
Si todavía estamos a tiempo de reivindicarnos, el futuro lo dirá….. y, si no, que mas da: la existencia, sigue, indiferente, su misteriosa inercia, y, solo ella, que sabe de estas cosas, nos hará un guiño de complicidad, cuando menos te lo esperes.
Felices fiestas y hasta la vuelta. Ciao.

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