Aborto

Recuerdo un documental de la 2 de TVE, sobre las tribus del Amazonas.
Estas tribus a las que consideramos primitivas viven en perfecta comunión con la naturaleza; los chiquillos corren en el poblado, los hombres en los preparativos para la caza, las mujeres en sus labores domésticas. Labores cotidianas, diferentes a las de nuestra llamada civilización, son labores. Me llama la atención un dato que el narrador y sociólogo del reportaje ha detallado sobre estas tribus del Amazonas y puede que sea igual en otras tribus de las selvas que quedan en nuestro planeta. Nosotros a estas civilizaciones las llamamos salvajes y viendo el documental me están dando una lección de civismo.
Nosotros no somos los civilizados, los civilizados son estos indígenas. Según afirma el narrador, en estas tribus también existe el adulterio y otros comportamientos que en nuestra civilización los llamamos pecados, faltas, delitos o vergüenzas.
El delito que llama mi atención es lo que se ha dicho sobre el aborto. Al parecer, cuando una mujer quiere abortar por los motivos que ella considere oportunos lo consulta con su familia y allegados si quiere, es ella la que toma la decisión. Ni el jefe del poblado, ni el consejo de ancianos decide ni ejercen influencia sobre lo que decida esta mujer. Lo más maravilloso de nuestra existencia es crear otra vida, no conozco a mujer, hombre, abuela, cualquier género de parentesco que no arrope, mime o quiera a ese nuevo ser que nace. Pero cuando una mujer toma una decisión de este calibre como abortar, ¿quiénes son los Gallardones, Rubalcabas o grupos religiosos para meterse en la vida y decisión de esta mujer? ¿Qué interés o negocio mueve a estos grupos, verdaderos salvajes, ávidos de dinero y de beneficios económicos? ¿Todos ellos carecen de la moral que predican?

Alvaro Villa Rey

1 comentario

  1. Pregunta Don Villa Rey refiriéndose a los antiabortistas: «¿Qué interés o negocio mueve a estos grupos, verdaderos salvajes, ávidos de dinero y de beneficios económicos?»

    Le contesto: Desde luego, los intereses económicos de los abortorios no.

    El aborto es una violación del derecho humano fundamental a la vida y un crimen inaceptable. El que esté a favor, que se lo haga practicar a sí mismo

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