Llega el Carnaval y Torrevieja intenta vivirlo con la mejor disposición. Son fiestas que disfrutan especialmente las comparsas y componentes de la Asociación del Carnaval, aunque por su alegría y vistosidad contagian a todos los demás. Falta hace ciertamente distraerse un poco, ya que el panorama se presenta desolador por todas partes. El pleno de la semana pasada dejó en suspenso -de momento- las subvenciones a diversos colectivos locales. Hay que pagar, al parecer, algunas de las sentencias judiciales que se venían arrastrando desde hace años. Ha llegado el momento en que es imposible retrasarlo más. Las hay que llevaban hasta 26 años dando vueltas por ahí. Parece llegado el momento de hacer frente, en casi todos los sentidos, a una política ficticia que duró demasiados años y engañó a demasiada gente. El actual equipo de Gobierno se encuentra con un panorama muy desolador, si se lo hubiera dejado otro partido podrían expresarlo. Pero no fue así, con lo cual lo tienen que ir asumiendo en silencio. Siempre resulta gratificante desahogarnos al menos, cuando nos tragamos un «marrón» del que no somos culpables. Le tienen que hacer frente y debe de ser complicado, porque encima toda esa gente que ha estado beneficiándose de las migajas de aquel pastel, a modo de subvenciones, se puede sentir mal. Hay que retirar las «paguicas» y subvenciones a quienes las disfrutaban. Pero también a los que -en muchos casos- las necesitan para poder sobrevivir y eso es otra cosa. No a todos se les va a poder premiar de otra manera. No habrá pregones suficientes a pesar de tantas fiestas. De momento, disfrutemos del Carnaval que nos llega, esperando, eso sí, un poco de crítica, al menos constructiva, que para eso están los Carnavales, ¿no?
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