Comenzaré desde el final de la presentación del trabajo periodístico «Tierra de saqueo», cuyo autor es el periodista alicantino Sergi Castillo Prats, que fue presentado hace ya unos cuantos días en el Hotel Madrid, el de «Pepe el Faraute», para todos sus amigos, que son muchos, de un signo, de otro y los de la moto, que es lo que aproximadamente vino a decir nuestro colega Manuel Pamies al final de la velada. Y es verdad, yo recuerdo también, hace ya mucho, cuando tuve la osadía, frenética osadía, de presentar en círculo cerrado, más bien para los amigos y algún que otro vecino, un par de trabajos, no míos, desde luego, que uno es un vago de quince suelas, como tengo ya escrito, sino de otras personas a las que uno apreciaba y sigue apreciando, a pesar de los pesares, como canta el poeta. Fueron, me dijeron mucho más tarde, dos pequeñas joyas periodísticas-literarias, y por eso las edité, porque a mí también me parecieron y me siguen pareciendo dos joyas: «A LA PATA ROJA», y «EL PATIO DE MONIPODIO». Y dicho esto, que tenía ganas de decir y escribir, paso ya al comentario del libro arriba citado.
Estuve presente por varios motivos, pero el principal es porque ya lo había leído y tenía ganas de conocer en persona al autor. Lo de menos, para mí, fue el componente político-partidista (también he asistido a conferencias de Alfonso Ussía o Fernando Sánchez-Dragó en el Casino, por poner dos claros ejemplos de ideología de otro signo) que se le dio al acto con la presencia del actual secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, al que también conozco muy personalmente, y la presentadora-concejal socialista en el Ayuntamiento de Torrevieja, Fanny Serrano. Ya digo, el acto estuvo sencillamente familiar, acogedor y con una proyección interesante, proyección que le dio doblemente el hecho de no haberse presentado en el Casino, primero diciendo que sí, después que no, después que caiga un chaparrón, acogiéndose, como es natural, a los estatutos de la sociedad cultural torrevejense. Ya no se entiende muy bien que en el siglo en el que nos encontramos se sigan ejerciendo esas prácticas que tendrían que estar definitivamente desvinculadas de cualquier entidad, y más si es cultural, porque la presentación de cualquier libro no deja de ser un hecho cultural. Como todo el mundo sabe ya, el libro es un trabajo recopilatorio de la trama valenciana de la red Gürtel, una red corrupta vinculada al PP que, según el autor, algunos jueces, algunos policías…, se ha llevado alrededor de trece mil millones de euros aquí en la Comunidad Valenciana. Creo que ese dinero daría mucho para Educación, Sanidad, Dependencia, Servicios Sociales, Investigación y yo qué sé más. Así que el autor escribe sobre el despilfarro de los grandes eventos valencianos (nosotros también tenemos algún que otro ejemplo, ¿no?), la visita del Papa y la RTVV, el caso Brugal, el caso Emarsa y la Epsar, el caso Nóos, el caso Cooperación, el caso Fabra, el caso Taronger, los sucesos de Terra Mítica, los famosos trajes de Camps, que como se ha visto después era algo más que unos trajecillos de nada, las adjudicaciones de las Televisiones Digitales Terrestres (TDT), la majestuosa presencia año tras año en la Feria Internacional de Turismo (Fitur)… Ya digo, todos los casos habidos.
Pero mi reflexión moral pasa por el hecho de que los casos de corrupción, vengan de donde vengan, y los hay en casi toda la vida política, hay que conocerlos, los escriba quien los escriba para, precisamente, al tener esa necesaria información, la sociedad civil pueda incidir directamente sobre la política y así regenerarse de una vez por todas. Ya sé que es difícil, pero la Regeneración hace falta, cuanto antes mejor, por bien de la democracia. Sinceramente, me hubiera gustado, da igual el lugar de la presentación, haber podido ver a personas de otro signo ideológico en un acto que lo único que pretendía, a mi corto entender, era aportar información sobre una realidad política y social. Los allí presentes aplaudimos el trabajo de Sergi Castillo. Y ojalá vengan otros trabajos tan bien documentados de signos contrarios. Allí estaremos, a pesar de mi pereza. Y si es en el Hostal Madrid… mejor que mejor.
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