Un hombre tierno

¿Qué pasó el 19/4/1941? ¡Pues nada más que el nacimiento de un niño, que con los años sería el rey de la canción brasileña, Robero-Carlos Braga, en Cachoeiro de Itapemirim, Espíritu Santo (Brasil). Sus comienzos, como los de tantos que aspiran a destacar en lo que les gusta o saben hacer, fueron duros, decepcionantes, tanto es así que, haciendo una prueba para cantar, le dijo el empresario que voces como la suya las oía a cientos, diariamente, haciéndole ver que no se molestara en seguir adelante, pues no valía para nada; además, el muchacho llevaba el lastre de una pierna ortopédica, que le impedía ser «normal», pero con lo que aquel hombre no contaba era con la tenacidad de Roberto, recorriendo emisoras, discográficas y viajando de un lado a otro en busca de una oportunidad para demostrar su valía. Formó un grupo (The Sputniks) que pasó sin pena ni gloria. Tras numerosos fracasos e intentos fallidos, en 1968 ganó el festival de San Remo, con su canción en italiano «Canzone per te». Ahí empezó a subir, siendo recibido en su país como un héroe. Con respecto a su vida privada, también ésta fue turbulenta, con amores y desamores. A los 13 años tuvo su primera novia, Sirlene da Pena Oliveira, a la que siguió Magda Fonseca, según él, «su musa»; luego Cleonice Rossi, Maria Lucila de 20 años, con la que tuvo a su hijo Roberto-Carlos Jr., al que dio sus apellidos en 1990 cuando el joven tenía ya 23 años. Otra conquista fue María-Rita Simoes, de 16 años y amiga de su hija Ana-Paula. Los padres de la niña la alejaron de aquel hombre, con 37 años. Su carácter enamoradizo le llevó a los brazos de Myriam Ríos. Trece años más tarde apareció en su vida, de nuevo, María-Rita, con la que se casó en 1996, pero en 1998 a ella le detectaron un cáncer en la zona pélvica, muriendo un año después. Roberto tiene canciones eternas, como «Lady Laura», «El gato que está triste y azul» o «Mi querido, mi viejo, mi amigo». ¡Preciosas, ideales!, pero yo me quedo con «Desahogo»; el sumum del romanticismo y la ternura masculina. ¡Ah! ¡Felicidades en tu cumple, campeón!

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*