¡¡Jinetes enternecedores!!

El sábado 22 de marzo de 2008, asistimos al estreno de “Jinetes de la tormenta”, de Colesterol Teatro, una obra que trata el mundo de las minusvalías con todo respeto, pero al mismo tiempo no haciendo de ello un drama, sino aceptándolo tal y como es… algo natural e involuntario que padecen muchas personas y no por ello han de dejar de ser felices y hacer vida normal. ¡Ya era hora de que se le rindiera homenaje a ese mundo que muchos de los “normales” consideran de segunda categoría y, ante seres que padecen alguna disfunción, se creen superiores a ellos y los menosprecian! Creo que, para entenderlos, habría que explicar la máxima de Confucio: “…cuando vayas a visitar a un ciego… cierra tú también los ojos”. He de destacar a este respecto el espectacular papel desarrollado por Valle en su actuación como invidente; el de Marga de asistenta de hogar, limpiando las inmundicias de sus señores y aguantando su preponderancia de amos, casi, casi con derecho a pernada. José, sentado en la silla de ruedas dando vida a un parapléjico, con una alegría y jocosidad que llenaba el escenario con sus idas y venidas y, ante los monólogos, a veces, tenía que guardar respetuoso silencio para oír los aplausos del auditorio, enfervorecido. Manuel Bueno bordó su papel de tontorrón, hablando muy despacio y con un defecto en sus palabras, víctima de la afasia ocasional; y también Pato, haciendo de tonto del pueblo, que habla muy deprisa y repite todo lo que le dicen, mientras mira a su interlocutor con la boca abierta, alelado. Aconsejo a toda persona que padezca alguna minusvalía que la próxima vez que se haga esta obra se acerquen, pues merece la pena. Se sentirán identificados, queridos y respetados y orgullosos, al saber que son tenidos en cuenta y amados por muchos. ¡¡Enhorabuena: sois los mejores!!

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