Adiós a las fiestas de la Virgen del Carmen

Fernando Guardiola
ferguarmo@gmail.com

Llegó el día más esperado por todos los hombres de la mar y el pueblo de Torrevieja, que hace este día festivo para disfrute de todos y al mismo tiempo recordar que las raíces de nuestro pueblo siguen siendo, ante todo, marineras.
He vivido este año las fiestas del Carmen, como habréis comprobado por las crónicas que comparto con vosotros, con una intensidad que en mis veinte años residiendo aquí no lo había hecho. Quizás sea que el noviazgo que empecé con Torrevieja desde mi llegada ha pasado de un «tirarse los tejos» a un enamoramiento al que me siento rendido. Hoy me he emocionado durante la procesión de la Virgen del Carmen al ver a todo un pueblo y miles de personas que no eran de aquí sentir, vitorear y cantar a la patrona del mar.

Todos los participantes en la fiesta estaban empapados de un sincero sentimiento de cariño a la Patrona, desde la Reina de Sal, la Sirena, sus damas, las diversas Reinas de todos los eventos que celebramos, las autoridades, los portadores de la imagen y hasta el último monaguillo. Todos y cada uno mostraban su alegría por poder participar en esta procesión.

Para mí ha sido también una novedad vivir junto a la imagen la procesión marítima… Yo, que con los vehículos acuáticos ando a la greña, pues nada más llegar aquí, se me quiso integrar «a lo bestia», haciéndome un «bautizo marítimo» con una pesca nocturna que acabó con mis huesos clavados en cieno hasta el cuello al llegar a puerto.

Pues bien, cuando enfilaba la cámara al hermoso paisaje de la bahía, meneábase el objetivo de tal modo que me sentí «pedo total», aunque con un buen refresco me repuse. ¡Qué hermosa la travesía y, sobre todo, cuando al llegar a puerto, todas las embarcaciones participantes pasaban por delante del barco portador de la Virgen y hacían sonar sus bocinas al tiempo que sus ocupantes aplaudían y daban vítores!

Al arribar, la Unión Musical Torrevejense y la coral entonaron la Salve Marinera y el cielo se iluminó con un castillo de fuegos de artificio, para después desandar el camino entre una verdadera multitud hasta la Iglesia, donde, de nuevo, el coro parroquial y todos los asistentes despidieron la jornada entonando una vez más la Salve.

Quiero agradecer a los compañeros informadores y fotógrafos (en especial a Cano, fotógrafo oficial del reino), al Presidente de la Cofradía de Pescadores, Pedro A. Carmona, e incluso al alcalde, que al final hasta se preocupó de mi «pedo marinero», la ayuda y el cariño que me han dado al facilitarme esta pequeña colaboración de «intrépido reportero» para nuestro Periódico de Torrevieja. Hasta el año que viene.