En esta sexta crónica sobre mi ponencia en el Ateneo Republicano Miguel Hernández bajo el título: «La política a través de los tiempos» de diciembre 2013, daremos un salto de varios siglos, partiendo del concepto de libertad de Aristóteles en su «Poética», que Eurípides interpretó como tragedia en su obra de teatro «Ion» al negarse a abandonar Delfos, su ciudad natal, para lograr la libertad personal en la Atenas de los sabios.
Esta pauta del pensamiento en busca de su propia liberación contra el destino se repite periódicamente y así llegamos a la plenitud del Renacimiento, que iremos analizando a lo largo de esta crónica. Lo que debiera haber sido la consecución del mito de la Europa reunida, terminó en una lucha entre reformadores y antirreformistas, liderados por dos portentos del humanismo que se negaron a llegar a acuerdos para iniciar el cambio. El holandés Erasmus Roterdamus (1466-1536) en su publicación «De libero Arbitrio», se aferró al latín tradicional de la Vulgata de la Contrarreforma, mientras que el tratado «De servo Arbitrio» de Martín Lutero (1463-1546) fue un rechazo a los moldes medievales que obstaculizaban los cambios.
Esta ruptura supuso le escisión de la Europa de los pueblos en dos bandos, el del norte proclamando la obligación a seguir el espíritu de las leyes, en contra del de los pueblos del sur que defendían que es únicamente la fe la que nos libera de nuestros desvaríos. Dos polos opuestos que delimitan todavía a las dos Europas: la del norte apelando a la razón y la del sur buscando refugio en la «mea culpa» medieval, obviando así el recurso a la responsabilidad personal. Por eso los pueblos sureños se encuentran más enfangados en los abusos de corrupción con su llamamiento a la libertad de elección del bien o del mal según Agustín de Hipona como parte del destino del ser humano.
HECHOS Y DICHOS
«No hay ningún ser humano totalmente libre, pues o bien es esclavo de la riqueza, o bien de las leyes o de la gente cuando nos impiden obrar según nuestra exclusiva libertad». Cita de la tragedia «Ion» de Eurípides
FRASE DE KHALIL GIBRAN
El ruiseñor se niega a anidar en una jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría.
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