El escándalo es tan grande que ha traspasado todas las fronteras. Lo que está ocurriendo en España es una vergüenza nacional, excepto para los políticos. Seguramente me dirán que no se puede generalizar y cierto es, pero es más fácil encontrar a un corrupto que a un honrado, «que haberlos haylos». Y ocurre que, cuando se les descubre, recurren a la frase «y tú más». Quieren dar la sensación de que con ello ya está justificado todo.
Los políticos de una nación no pueden corromperse sin que antes se haya corrompido la justicia, y, entre otras pruebas de ello, es lo que estamos viendo, cómo el Fiscal General del Estado defiende descaradamente a la Infanta Dª Cristina, ver cómo se ataca a un juez y se defiende abiertamente al ex-presidente de una entidad bancaria, que supuestamente ha metido la mano en la caja.
En lo que están de acuerdo todos los partidos políticos es en autonombrar comisiones de investigación o promulgar leyes donde ellos son intocables, y ello es como meter «la raposa dentro del corral». Lo que hay que hacer es promulgar leyes donde desaparezca la inmunidad parlamentaria, para que verdaderamente seamos todos iguales ante la ley, incluso la de Su Majestad el Rey de España. Que los políticos no nombren a los altos magistrados, para que la ley esté por encima de todos.
Sabemos que la ignorancia no exime de responsabilidad, pero no poner remedio a los desahucios es una vergüenza.
¿Por qué se les dio dinero a los bancos y cajas, acaso no son sociedades anónimas?
¿Por qué no se les embargaron los bienes?
¿Por qué no se modifica la Ley Hipotecaria, pues con ella se comete usura?
Todo lo que está sucediendo crea un gran malestar social e incertidumbre. La mentira se ha instalado en las instituciones, en los medios de comunicación y, lo que es peor, en la sociedad.
La Ley Electoral debió ser modificada ya, y la duplicidad de cargos en las instituciones se extiende por doquier. Ni siquiera podemos esperar que Aznar vuelva a la política activa, ni que el PSOE encuentre un líder. Como afiliado primero a Alianza Popular y seguidamente al PP, siempre me he declarado Aznarista, pues pienso que es el mejor presidente que ha tenido España. Sólo tuvo un error, y los errores se pagan, un error que habrá de corregirse en su momento.
Y, por último, decir que las manifestaciones deben ser pacíficas, sin mercenarios que ataquen a la policía, y que paguen lo que rompan, silenciosas, sin banderines, ni cartelitos, ni incluso la Enseña Nacional.
Mi agradecimiento a El PERIÓDICO de Torrevieja por insertar en él mi escrito.
José Martínez Camallonga
Afiliado al PP, nº 2302
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