Personas y animales

Estos días han aparecido en la tele varios reportajes de fiestas con animales (sobre todo, toros y vaquillas), en las que se hace toda clase de barbaridades y tropelías, ya sea con lanzas, fuego, palos y demás artilugios punzantes, ante el regocijo popular. También hemos visto grupos de jóvenes increpando y protestando por este maltrato, ante la violenta represión de los vecinos, equiparable a la violencia infligida a los animales en cuestión.
Tradicionalmente, en nuestro país (y en otros) han estado muy arraigadas las fiestas en las que el maltrato hasta la muerte de animales se convertía en la principal atracción de las fiestas patronales en todo pueblo que se precie.
Paralelamente, la humanidad, y más particularmente los Ayuntamientos, están haciendo esfuerzos por ponerse al día en las nuevas tecnologías, para el mejor funcionamiento de las instituciones, para el beneficio de los ciudadanos. En el siglo XXI, en el siglo de la tecnología, de los coches eléctricos, de las redes sociales, de los teléfonos inteligentes, etc., etc., ¿de qué nos sirve todo eso cuando los instintos más profundos afloran en las personas que disfrutan haciendo daño a un ser vivo? Los dirigentes actuales pasan de puntillas por todo esto, no sea que el año que viene los ciudadanos se acuerden a la hora de meter la papeleta en la urna. No me cabe otra explicación a la aparición del alcalde de Tordesillas (PSOE) justificando SU barbarie particular.
Espero con esperanza que un día eliminen todas esas costumbres medievales, que nos entre la razón y el respeto a nuestro entorno.
Y me refiero a toda clase de maltrato animal, desde el hacinamiento en granjas, las corridas o los animales en cautividad de los circos, porque, ¿qué pinta un tigre encerrado en una jaula de 2×2, con el estrés por las nubes y atiborrado de calmantes en Torrevieja? ¿O un hipopótamo haciendo gracietas con una pelota de plástico? ¿O un oso de dos metros con un gorrito de payaso subido en una bici?
Espero que el próximo Gobierno local (por lo menos se puede empezar aquí) aborde este tema seriamente, ya que se nos llena la boca hablando de progreso, dinamismo, escobas de oro, banderas azules, etc. Si somos civilizados para estar a la última en avances sociales, vamos a demostrarlo empezando por tener en cuenta el maltrato animal.
Otro tema aparte es el de las mascotas, ¿para cuándo una zona de playa? ¿A qué viene tanta prohibición para los perros en los paseos, parques, jardines, etc.? Hace falta una campaña de concienciación, no ya para los que tenemos mascotas (que también), sino para los que no tienen, que aprendan a convivir y respetar. No olvidemos que, como mucho, un perro puede dejar en la calle una cagada, que será responsabilidad del propietario recogerla, pero un humano (y lo vemos todos los días) deja papeles, botes, colillas, restos de comida, escupitajos, chicles, etc., etc., que se necesita una legión de barrenderos para mantener limpias las calles.
Respetemos nuestro entorno y seremos respetados.

Juan Carlos García Sala

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