Torrevieja Music Festival 09: ¡…vaya marcha!

Fernando Guardiola
ferguarmo@gmail.com

En dos dosis, muy diferentes la una de la otra, se celebró los días 13 y 15 de agosto, en las Eras de la Sal, el Torrevieja Music Festival, donde actuaron diferentes bandas. La primera noche, con un lleno total de una juventud predispuesta a la diversión, se abrió con el grupo Second, que deleitó a los chicos y sobre todo a las chicas, que perdían los papeles por el batería, con temas de pop-rock muy bien elaborados e interpretados. A continuación, Russian Red, con una solista de voz aterciopelada pero firme, que recordaba la tesitura vocal de Joan Báez. Y finalmente, Lori Meyers puso la nota heavy con unos temas más electrizantes y que hicieron dar botes a cuantos nos encontrábamos ya a altas horas de la noche en el recinto, todo ello aderezado con unos efectos especiales de luz y humo… mucho humo, que a veces impedía durante largos minutos vislumbrar las actuaciones. Al fondo de las Eras se situó una carpa que no paró de servir «carburante» (como ellos llaman) a todo el personal, que, conforme pasaban las horas, era más numeroso.

La segunda noche, el día 15, el público fue un poco más remiso a asistir, quizás porque los grupos no eran de tanto relumbrón como los del jueves, pero los que lo hicieron no se sintieron defraudados. Abrieron el «melón» El Kamión de la basura (como repetía constantemente uno de los vocalistas), un grupo de chicos de la Vega Baja «multiusos», pues todos tocaban todos los instrumentos y todos cantaban. Llamó la atención su desenfadada indumentaria, más propia para bajar a un chiringuito playero que para dar un concierto, pero ya sabemos que «pa gustos los colores»; eso sí, su música era muy buena, sobre todo el juego de instrumentos de viento que manejaban con maestría. A continuación, el grupo local Monotryp, con una música vibrante y que hacía que el público no dejase de moverse, con una puesta en escena, sobre todo al principio, digna de una película de cine negro, simulando un secuestro en masa. Se cerró el concierto con Gremio DC, que lo «petó», ante un auditorio más extenso que sus predecesores. Buena idea, aunque mejorable, la de estos conciertos, que para próximas ediciones sería bueno mantener.