Bankia Torrevieja: Devuélvanme mis ahorros

Yo, Ángel Fernández, comienzo esto con pocas fuerzas de poder contar las cosas que nos han pasado a mi mujer, llamada Froilana Vecino. Ella y yo teníamos un dinero en una cartilla a la vista en Bankia, y un buen día, o malo, una señorita o señora nos dijo que por qué no lo metíamos en algo que no nos pareció bien y los dos dijimos que a plazo fijo, que no queríamos cosas que no conocíamos, y nos lo metió a plazo fijo, o por lo menos, nosotros lo que firmamos eso era, porque, ¿quién se pone a leer todas las historias? Y además confías en que personas que están ahí no te van a engañar. La cartilla la tengo a plazo fijo en C/Ramón Gallud y llegamos un día, preguntamos por este dinero y nos dice el director que no tenemos nada, que lo habíamos metido en acciones y estaban por los suelos y lo habíamos perdido todo. Otro día, este mismo me dice que lo habíamos metido cuando Bankia estaba en C/María Parodi y ellos no tienen nada que ver. Otro día me decía otra disculpa, y un día me puse y le dije cuatro verdades, que yo prefería pasar hambre antes que robar a personas de 80 años.
Lo he puesto en manos de una abogada. Un día fuimos con la abogada a Bankia por las buenas, pero nada, porque está claro que nosotros lo pusimos a plazo fijo. Bueno, un día fui a pedir cosas que dijo la abogada, pero diciendo unos -él no- que fuera a otro, y ése que esto no lo tenemos, pero por último me dieron algo. A todo esto, volví otra vez a pedirles otras cosas y me dijeron que no lo tenían, y la abogada me grapó una tarjeta con sus teléfonos y dijeron que ellos no podían llamar y que no tenían cobertura, y ya le llamé yo con mi teléfono, pero no querían ponerse a hablar con ellas. Pero lo que más me indignó fue que la que estaba conmigo fue donde la otra rubia y se echó a reír, y les dije que qué bajas eran por reírse de mí. Dijo la rubia que se reían de sus cosas, estando yo presente, así que los pequeños tienen mucha culpa, aunque sean los jefes.
Yo, que no me metí en preferentes, creí que me lo darían; esto, conseguido en el campo, el pequeño de 8 hermanos, nacido al empezar la guerra. Mi vida fue trabajar y trabajar desde los 7 años, y ahora que te estafen… No se les puede llamar otra cosa que ladrones sinvergüenzas.

Ángel Fernández Martínez

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*