Al llegar el mes de diciembre parece que nos volvemos más sensibles. Será por la vuelta de las fiestas tradicionales o porque se acerca el fin de otro año. Pero lo cierto es que estamos más proclives a la emotividad. Los sentimientos están más a flor de piel. Notamos mucho más las ausencias de los seres queridos, que ya no se encuentran entre nosotros. Por eso es que a mucha gente no le gustan nada las Navidades. Son fechas muy entrañables y familiares, pero cuando nos faltan las personas queridas, son más dolorosas. También parece que nos afectan más los golpes que, en ocasiones, nos llegan por todas partes. Sobre todo cuando vienen de personas cercanas, a las que has entregado la confianza y tratado siempre bien. Lo sientes más como una traición profunda e injusta.
En los tiempos que corren se habla mucho de ética, sobre todo por la ausencia de ella. Nuestra sociedad se ha vuelto tan materialista, que se está olvidando casi por completo la importacia de la ética en el trato cotidiano. Y no es recomendable, porque no todo en la vida es el dinero. O no debería serlo. Hay cosas mucho más primordiales para el ser humano. Los problemas de ética, que algunos parecen olvidar, son muy importantes para la convivencia entre las personas. Hay cosas que, aunque sean legales, no son éticas. Pero es que hay otras que no son ni legales, ni éticas, y que hacen daño a la gente honesta. En la vida se pueden cometer errores, porque somos humanos y podemos equivocarnos. Pero los delitos son otra cosa muy distinta, y es a lo que se llega cuando se empieza olvidando la ética. ¡Felices Fiestas!
Dejar una contestacion