Éste es el único cambio llamativo que le espera al ciudadano en este año electoral, todo lo demás, ¡pamplinas! De momento, ya nos están bombardeando de nuevo los buzones con dípticos y trípticos a cuatricromía (una pasta, ¡oiga!), con la palabra «cambio» como buque insignia en todos sus slogans electorales. Si en verdad se quisiera cambiar algo, deberían no tirar el dinero en tanta propaganda que acaba directamente en la basura porque ya nadie se cree nada. Si en verdad los partidos son tan «chachiguays» y cuidan tanto del planeta, podrían empezar por no talar los árboles necesarios para hacer el papel en el que imprimen sus millones de folletos. Un método bien sencillo es el que usó PODEMOS en las elecciones europeas: una carta en las redes sociales y que rule. Al poco tiempo la leyeron millones de personas y no se gastaron un duro. Eso sí son buenas iniciativas. Pero ahora que Pablo Iglesias y su «troupe» pueden empezar a ver dinero fresco… a lo mejor cogen los vicios de sus «hermanos mayores» (esperemos que no).
Como en las próximas elecciones generales de noviembre ya ningún partido va a obtener la mayoría absoluta (o eso dicen), ¿cuál sería la coalición más plausible para una estabilización duradera del país? A mí sólo me sale PSOE+PODEMOS. Ahora se están tirando de los pelos (y de la coleta), pero al día siguiente del escrutinio no les queda otra que aliarse (y lo saben). ¿Qué se conseguiría? Poner a Pedro Sánchez como presidente; un hombre de plastilina que a la mínima que se le ocurra tirar hacia la derecha, estará Pablo Iglesias agarrándole sus «partes nobles» para que no se desvíe del camino. Aunque la fórmula no es perfecta, creo que es la combinación menos explosiva.
Rafa Zamora Sancho
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