Yo pago, tú pagas, el paga, nosotros pagamos, vosotros pagáis, ellos pagan. El verbo por antonomasia del sistema capitalista del que formamos parte sólo otorga la posibilidad de obtener bienes o servicios con el aliciente de aquello que dice: «el que paga manda». Pues bien, la verdad es que «toy» hecho un lío. «Amoave» (perdonen mi ignorancia, pero es lo que hay), si a usted le paga su jefe, ¿es usted quien le da órdenes? Si su cliente le contrata o le compra, ¿es usted quien le dirige? Entonces… ¿qué parte de la «peli» me he «perdío»?, si resulta que los «gobernadores» locales de este y casi todos los pueblos cobran y mandan más que mi mujer. Les advierto que yo no cobro por esto, lo hago por la convicción de una democracia verdadera, más plena y PARTICIPATIVA, por lo que les rogaría que no me ordenasen; y si lo hicieran, «pos» yo gustoso cumpliré sus exigencias; eso de gratis y sin aspiraciones a ninguna poltrona. Intento transmitir (a aquellos capaces de recibirla) una energía utilizable para reconocer la raíz de nuestra propia sombra; para alertar la conciencia ante la crítica y la seducción de las apariencias. El afán de poder, el dogmatismo, la obstinación, el ciego impulso, la fuerza irresistible y ambiciosa de aquellos que nos «mal gobiernan» no tiene límites. Nisargadatta decía: «El futuro dejado a sí mismo solamente repite el pasado. El cambio sólo puede ocurrir ahora». Yo veo «día a día» (decía Rambo) cómo los «mandatarios» autonómicos y locales se sumergen en una situación de alejamiento de lo REAL e inmersión en el mundo de la apariencia; todo ello envuelto en pasión, confusión y, a veces, risible incongruencia, apoyados por sus voceros pagados con nuestros dineros y fieles a su amo «actual» (léase Canal Nou, y no citaré más). La «criatura de las fuerzas del tiempo» no escapa a la LEY cósmica de ritmo universal: nacer-crecer-reproducirse-morir. Nosotros, que ya hemos muerto 19 años, nos vemos abocados a un RENACIMIENTO, una EVOLUCIÓN, una CATARSIS, una ELEVACIÓN; a una situación en los niveles más sutiles y profundos de la conciencia. Un «íntimo» y casi inconsciente Ave Fénix surgirá expandido y purificado y muchos de ustedes lo verán. Esta «anunciación de mutación» se extiende al igual que se expande el Cosmos; es irreversible. Las personas somos «lo que traemos en nuestros genes», más la educación recibida a lo largo de nuestra vida. Los que fueron educados en los valores de la dictadura franquista no pueden obviar eso en su idiosincracia y los que han crecido en democracia tampoco pueden sustraerse a desarrollar sus valores. Por eso sigo hablando «pa» mi gente.
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