Antes de otra cosa, felicitar a los que se sienten ganadores, y recomendar consuelo para los que no ganaron tanto en los pasados comicios electorales, aunque en los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a que nadie pierde en las elecciones, sean éstas del tipo que sean. De una u otra forma, siempre se gana, sobre todo cuando se pierde. En relación con esto, para no ulcerarse el colón; que además no tiene culpa de nada, es recomendable perder mucho durante toda esta existencia experimental que es la vida.
Inmediatamente después, saludar a los queridos chicos de este espacio libre de El Periódico de Torrevieja, que es muy de agradecer y propiciatorio, aun para gente como yo, que vemos en el corrector ortográfico el mejor invento de toda la historia de la humanidad. Bueno, permitidme ir un poco más allá y especificar que, de la misma forma que no entiendo una vida sin música, tampoco la veo sin ordenador.
Después de este absurdo preámbulo, trataré de argumentar algo que tenga más valor que el silencio para no menospreciar al filósofo sabio (oriental, por supuesto) que dijo aquello de… ya saben. De no conseguirlo, me da igual, porque si nos aplicamos esa teoría que tanto rueda por las redes de que tus palabras sean más valiosas que el silencio, esto sería un puto sepulcro. Pero, para no dar más rodeos, digo… o mejor, el pueblo ha hablado el pasado 24M y ha pedido río revuelto. Ahora también necesito vuestro permiso para ser sincero, tengo innumerables defectos, pero la sinceridad no es precisamente uno de ellos, o sí. En cualquier caso, para mí el pueblo nunca ha sido sabio, más bien ocurre que la inteligencia grupal suele estar más acertada que la individual casi siempre.
Más allá de las propuestas políticas, quiero situar la sensibilidad ética tanto individual como colectiva, pero aún más por encima de esas consideraciones, a mí me gusta mantener mis vínculos con las personas que aprecio y me producen alegría, que haberlas las hay en todos los partidos, y con las que espero y deseo seguir manteniendo contacto en este «bendito pueblo». Por cierto, nadie nos va a contar qué es la Democracia a los que nada hemos tenido que ver con regímenes autoritarios y entendemos que aquella es fundamentalmente aceptar el Gobierno de los otros cuando los llamados ciudadanos los eligen en la urnas, nos guste más o no nos guste nada, los autoritarismos para las dictaduras sean políticas o del capital, llamados mercados, y que parecen tan importantes y trascendentes, pero que no lo son. Cada uno entregamos nuestro poder personal a lo que vemos más necesario o acuciante, o sencillamente nos contaron que era importante. Es evidente que muchos, demasiados, le han entregado el alma al dinero. Yo prefiero la alegría de compartir.
No me sorprende para nada que, después de 24 años de pensamiento «monocorde», el partido en el mando pierda su mayoría absoluta. Debería haber ocurrido mucho antes, de no utilizarse tanto a las «barrigas agradecidas» (clientela política, perversión democrática y social), y tan poco la ética publica. Pero esto es una característica muy bien utilizada por el PP local y mejor sustanciada con los dineros de todos, produciéndose la terrible paradoja de que parados sin ninguna cobertura tengan que sufragar el «puestesico» a galanes enchufados. Somos mayorcitos para entender que no diría esto de ser uno de ellos y que en nada les reprocho algo, pero se pueden arbitrar metrajes de más calado social y sobre todo ético en la película de los trabajos al Consistorio, porque, si no estoy del todo confundido, Consistorio somos todos; bueno yo no, yo soy un «offsider» (fuera de juego en castellano, que aquí hay que hablar inglés o te comes una mierda).
Pero no quiero que se encabronen conmigo y me malinterpreten sólo porque yo no me expreso correctamente, que para eso ya los hay y de sobra, yo daría mas puestos de trabajo, yo llenaría este absurdo planeta de puestos de trabajo y creo que el Ayuntamiento debería hacer un mayor esfuerzo en tiempos como éstos de capitalismo salvaje y descarnado donde crecen las desigualdades hasta el punto de que jamás se conoció en la historia del hombre una perversión tan cruel y despiadada como la indiferencia, a la que desgraciadamente nos estamos acostumbrando como si no pasara nada. Realmente, nunca pasa nada más allá de nuestra propia realidad, que es justo la que vemos con nuestros propios ojos, pero para mí el ser humano no es un organismo racional de carácter darwiniano, es, ante todo, una sugerencia relacional y por supuesto todos sabemos que inacabado.
Ahora en el Ayuntamiento se ven abocados a una relación mayor y sobre todo un equilibrio de poder más racional precisamente, quizás sea como un jodido juego de psiquiátrico donde la paradoja y la esquizofrenia política no atienden al inmaculado acervo de las energías que no se ven ni se conocen pero actúan y se expresan, claro que de eso no nos hablaron ni nos educamos en ello.
Al fin y al cabo, se trata de que cada un@ ponga su culo a salvo y consiga meterle algo al estómago porque sin alimento no se puede pensar, ni pensar ni «hostias», como las que le han dado al PP en Valencia. Alguien dijo: «la caída del PP a nivel nacional comenzará en Valencia», y te juro que yo le creí a «pies juntillas».
Como dice Óscar A. Claramunt «por lo bajini», dejamos para mentes más analíticas y brillantes el análisis de los resultados, si es que lo hacen de forma empírica, porque entonces se darán cuenta de que el ganador por mayoría absoluta en estas elecciones ha sido la abstención, con el casi 50% del censo (49,36%). Por poco estudio que se haga, se observa muy a las claras que, por la razón que pueda aducirse, la mitad de la población ha pasado de todo y ése es un mal síntoma para la Democracia.
Antonio Vicente Espuch
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