La pobreza es la situación o condición socioeconómica de la población que no puede acceder o carece de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas que permiten un adecuado nivel y calidad de vida, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos. También puede ser el resultado de procesos de exclusión social, segregación social o marginación.
Según el Informe de Desarrollo Humano de 2014 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o pobreza extrema. Es decir, 1.500 millones de personas no tienen acceso al saneamiento, agua potable, electricidad, educación básica o al sistema de salud, además de soportar carencias económicas incompatibles con una vida digna.
La calificación efectuada por el INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre nuestra ciudad, diciendo que, junto a la ciudad de Elche, somos los más pobres de España, tal vez sea verídica, pues las estadísticas, a mi juicio, no tienen ningún sentido el falsearlas con la intención de desacreditar o hacer publicidad negativa sobre el colectivo que vive en estas ciudades. Es verdad que la frase posiblemente no haya sido la adecuada, se podía haber comunicado de otras maneras menos agresivas o despectivas para dichas localidades y sus habitantes.
He leído algunos comentarios publicados en Internet, poniendo de manifiesto la duda del resultado de estas estadísticas y la intención de desprestigiar a nuestra ciudad. También he leído en la prensa el escrito de nuestro sr. alcalde presidente del Ayuntamiento de Torrevieja, acusando al citado organismo de estadísticas de la no fidelidad de las mismas. También la oposición actual del PP hace culpable de esta noticia al nuevo grupo que integra la Corporación Municipal, así es que, como dice el refrán, entre unos y otros, la casa se queda sin barrer.
Yo discrepo totalmente de estas opiniones. Si la Renta Nacional Neta proviene del PIB (producto Interior Bruto) pero teniendo en cuenta que a éste hay que hacerle algunas rectificaciones, tendríamos que la Renta Neta Nacional sería RN = Rentas del Trabajo + Rentas de la Tierra + Rentas de Capital + (Tributos – Subvenciones).
Las rentas de los trabajadores son los salarios que éstos perciben por su trabajo a la producción. A la Renta de la Tierra hay que deducirle las depreciaciones que sufren las mismas y a las Rentas de Capital que son los beneficios de las empresas, también hay que deducirles el desgaste de sus máquinas e instalaciones denominadas Amortizaciones Fiscales, más los Tributos menos las Subvenciones. Pero a esto hay que sumarle el RRN (Rentas de los Residentes Nacionales fuera de España) menos el RRE (Rentas de los Residentes Extranjeros dentro de España). A todo esto hay que sumarle o restarle también las diferencias de las transferencias emitidas y las recibidas. Todo ello nos da la llamada Renta Nacional Neta.
Como hemos visto, todo proviene del PIB. Si analizamos nuestra ciudad, la empresa más importante que tenemos es la Compañía Salinera, la cual solamente colabora a nuestra producción (PIB) con el salario de los trabajadores, pues tanto los beneficios como las rentas que pagan por la explotación de la industria, no se quedan en Torrevieja. Otro sector que fue muy importante en su tiempo, la flota pesquera, actualmente no produce prácticamente nada que incremente nuestro PIB particular. A todo esto le unimos que un porcentaje muy alto de lo construido en Torrevieja, tanto en rentas de trabajadores como beneficios empresariales, se han marchado fuera de la ciudad, no aportándonos casi nada a nuestra producción.
Y ahora, ¿qué tenemos? Solamente las empresas de hostelería (restaurantes y bares) y las de servicios; un centro comercial que casi ha sido anulado por el de La Zenia y una ciudad llena de viviendas, con un alto porcentaje que se venden, una población pasiva de extranjeros, con rentas que podríamos determinar como bajas, unas listas interminables de usuarios de Caritas, Alimentos Solidarios, Asila, etc., más los que todavía tienen la suerte de cobrar los 426€ del subsidio de desempleo.
Señores políticos, no se echen las culpas unos a otros, tenemos lo que hemos creado, una ciudad sin hoteles (grandes captadores de puestos de trabajo), pues las empresas no quieren arriesgarse ante las perspectivas de nuestra ciudad; no tenemos industria; y tampoco qué ofrecerles a nuestros visitantes más que sol y playas. Si no le dan Vds. un buen giro a esto, seguiremos en el mismo puesto en el que nos han calificado.
Yo me considero un «pobre de espíritu», no guardo rencor a nadie, ni deseo mal alguno a ninguna persona, ayudo en la medida de mis fuerzas y medios, y busco solamente el perdón de Dios.
Carlos García
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