Un «gobierno a la sombra» puede significar mucho o nada, según se mire, según la perspectiva de cada cual. Puede significar mucho si mantienen una línea coherente de oposición, una batalla dialéctica honesta (ensañarse contra alguien o algo no es buscar el equilibrio justo, sino todo lo contrario, por eso la concejal África debe estar tranquila, a pesar del «patineise» dado), lo que dignificaría en demasía la actitud del PP; pero si se inclina por todo lo contrario, es decir, en estar por estar, en querer ser más de lo que se es, es buscar protagonismo que no le corresponde, en afianzar una equivocada imagen de unidad contra las «huestes» que nos «hurtaron la virgnidad»… pues mal rollo del pollo. Cuatro años así, es decir, todo un mandato, puede acabar con el equilibrio mental de cualquiera. En fin, yo lo que quería decir es que el actual equipo de gobierno, o sea, nada de pentapartito, que está intentando coger ese toro por los cuernos y resolver aquellos múltiples entuertos (y los hay gordos en la Casa Consistorial) que salen al paso o que estaban escondidos en los cajones, pues pasados algo más de cien días de gobernanza -y descontando un par de patinazos propios de la inexperiencia, como es de suponer- y desde la tranquilidad que da la edad, digo que no van por mal camino, y eso que ya es difícil aglutinar en un objetivo común cuatro o cinco maneras de pensar distintas o formas distintas de gestionar lo público. Yo, que procuro soslayar al máximo el fácil halago y adentrarme más en los entresijos de la reflexión, digo que veo al actual alcalde, José Manuel Dolón (presiones aparte), como una persona muy, muy cercana a las gentes de esta ciudad. Percibo que primero es Torrevieja y los intereses generales (y eso que está trabajando con unos Presupuestos Municipales ya aprobados por el anterior equipo de Gobierno del PP) de sus ciudadanos, y después todo lo demás. Y, como me está gustando el asunto, me he marcado un reto a mí mismo: elaborar un trabajo sobre el día a día de este equipo de Gobierno ilusionado e ilusionante que llevará por nombre algo así como «PENTALANDIA» o cómo tratar de reinventar una maltratada ciudad. Manos a la faena. Suerte, amables lectores.
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