Una bomba con escasa carga y en avanzado estado de deterioro fue hallada en la tarde de ayer en las instalaciones de un hotel cercano a la estación de autobuses, que había sido registrado por la Policía en el año 1991 tras un aviso de la banda terrorista ETA.
El artefacto explosivo fue encontrado pegado a la pared por un fontanero, que se disponía a sacar unos tubos, durante las obras de reforma que se están llevando a cabo en este hotel. Enseguida se personaron en el establecimiento, situado en la calle Zoa, varios agentes especialistas en explosivos de la Guardia Civil. Al parecer y, según fuentes del Instituto Armado, el artefacto contenía 300 gramos de pólvora con un «alto» porcentaje de aluminio, y se hallaba muy deteriorado.
El viernes 24 de mayo de 1991, dos días antes de las elecciones locales y autonómicas, la banda terrorista ETA hizo una llamada anunciando la colocación de tres bombas en establecimientos hosteleros de Santa Pola y Torrevieja. Dos de ellas explotaron, y la tercera, que no fue encontrada y no llegó a explotar, se quedó escondida en este hotel torrevejense, donde ha permanecido durante 17 años.
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