Pedro, un muerto vivo: No, no estaba muerto, ni de parranda, lo que sí está muerto es el bipartidismo. Amén. Tras el acoso feroz, y sin el previsto derribo del «muerto», por la manada de los «abducidos» susanistas, un animal político, según ellos, tocada por la gracia de los «dioses espirituales» del socialismo, y elevada al culto de los Tutankamones; rancias glorias desfasadas, fuera de la realidad, y ancladas en tiempos pasados; guardados entre naftalinas, igual que la gestora, que marcaba los tiempos sin clemencia, para el que creían que estaba más que muerto, y el Susanismo los salvaría, y losdevolverían al surrealismo existencial de la antigua estampa que ya no mola, pues hay que renovarse sí o sí, para no morir; y este tsunami, este descalabro imprevisto, por sorpresa, los ha dejado KO, fuera de lugar, y a Susana con la cara constreñida; sin dar crédito; y sin palabras, ni siquiera por compromiso, pronunciar el nombre de Pedro, al felicitarlo por su «no es no», y el «sí es sí», que lo ha resucitado. Y eso que volaron puñaladas traperas, y Patxi López, buscando el «arca de la alianza», le puso palos en las ruedas. Todo ahogándose, han tenido que tragárselo. La rosa roja entre unas manos está deshojada, rota, con sólo espinas y su rotura no se cose ni en zigzag. Ahora los susanistas dicen que no debieran haber tardado ocho meses en hacer las primarias, pues con ello le han dado lugar a Pedro a armarse. Su sucia y cínica deducción es de una catadura… y su ambición por el poder les ha llevado a decir irracionalmente que sólo el aparato del partido es el que está legitimado por derecho, según ellos; a hacer las «correctas» primarias que se rigen por sus normas, de vales y componendas, de los sumos «sacerdotes del Sanedrín» que dan valor a los votos. No por las de la militancia socialista y sus simpatizantes, o sea, el pueblo llano, los que lo pueden hacer ganador. ¡Soberbios! ¡Ignorantes! Los votos del pueblo, que somos más, en democracia somos los que damos los votos. Quitamos y ponemos gobiernos legítimamente, sean los que sean.
Mientras, el super Rajoy, tranquilo, aunque le hubiera gustado que ganara el viejo tándem amigo del Susanismo manejable; y no el «subversivo» Pedro, un «izquierdista rojo». ¡Qué ironía de primarias! Y él sigue ahí por los siglos… Y tendrá que ir, por la corrupción de su partido, como testigo, ante un tribunal imparcial, no dudoso, como se teme, que en verdad sea justo, libre e independiente, y juzgue debidamente la podredumbre y corrupción de alta definición ladronera de sus acólitos desmadrados pero seguros bajo el amparo… Y también ante el Congreso, para someterse a las preguntas de los demás partidos y dar explicaciones «convincentes». Pero plastificado, como las tarjetas, y en plasma, igual que los anuncios; y a su manera, con las perogrulladas de máximo calibre, de un plato es un plato. Un vaso… Y son los vecinos los que eligen al alcalde, y el alcalde… y es lo que hay.
Y aquí las preguntas del millón: ¿habrá un nuevo PSOE en primera línea? ¿Habrá grandes purgas? El tiempo dará la respuesta, pero es público y notorio que la izquierda se compone de Sanedrines, Fariseos, Judas y Pilatos… y la derecha liberal de poder, finanzas, dinero y medios, siempre unida como los ojos de la cara y el del trasero, al cuerpo incorrupto…
Josefina García
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