Vamos a ver: ahora mismo que nos vamos a quedar más tranquilos, sin tanto bullicio, con menos estrés ciudadano, unos para Madrid, otros para Bilbao, otros para Albacete y otros para Murcia -por citar unos ejemplos al azar-, tendremos un poco más de tiempo para reflexionar sobre algunas cosas, como, por ejemplo, que el Teatro siga todavía estando en un limbo; o que la ampliación del Ayuntamiento no haya todavía salido del limbo inicial, con el ahorro que supondría a las arcas públicas. Dicho lo cual, también es bueno manifestar que esta quincena debe ser recordada no sólo por las medidas de seguridad adoptadas por nuestros cuerpos de seguridad (valga la redundancia, y nunca mejor dicho) en la ciudad, sino también por dos aspectos puntuales. El primero (aparentemente con poca repercusión mediática, oye) el de la incorporación a distintos departamentos del Ayuntamiento de 81 personas dentro del programa joven de empleo de la Generalitat, y que, evidentemente, esto no puede ni debe pasar desapercibido, por más que algunos medios informativos muestren su desinterés, lo cual es una pena, penita, pena, que demuestran así para lo que están, si es que están para algo, claro. Y no seré yo quien se meta más en un jardín informativo, que cada palo aguante su vela o que cada medio informe como le dé la real gana. En segundo lugar, y no debería decirlo yo, pero lo digo, el Gobierno central obliga a los Ayuntamientos que tienen «perricas» y que han ahorrado y que se han esforzado en ello, a utilizar ese «dinerico» no para invertir en servicios públicos necesarios, sino en ir amortizando las deudas y sus intereses contraídos con los dichosos bancos. Coño, hay que decirlo. Y en tercer y último lugar, ya sabemos que, después de nueve meses de tiras y aflojas, y me consta que se ha peleado, la Dirección General de Costas ha permitido hacer unas obras de forma transitoria en la zona costera de nuestro litoral, desde Los Náufragos en adelante, un paseo que cuenta con un proyecto tan ambicioso como interesante desde todos los puntos de vista, y que seguramente en un par de años podríamos disfrutar los ciudadanos todos, incluso los turistas. A pesar de todas estas pequeñas cosas, todavía hay demasiada gente que piensa y pensará que ni se hace ni se hará nada por mejorar esta ciudad. Gente negativa, siempre negativa, e irascible a más no poder.
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