Ésa fue la conclusión de mi amigo Antonio Bernabé al analizar el Golpe de Estado catalán que ha sufrido España, y abortado de manera efectiva, y serenamente contundente, por el Presidente de Gobierno de todos los españoles, Mariano Rajoy. Querían Puigdemont, Junqueras, Mónica Oltra y José Manuel Dolón, que la España gobernada por el Partido Popular en 2017 fuera la reedición de los trágicos acontecimientos del 1936. Soñaban estos malos políticos que practican la demagogia, para de inmediato hacer sufrir a su pueblo, con ver a la cabra de la Legión abonando el asfalto de la Avenida Diagonal y las Ramblas de Barcelona. Son así de simples y de irracionales. Pero el Presidente Rajoy los ha descolocado. Ha dado una lección magistral de Democracia madura y europea, desmontando para siempre el falso argumento que identifica al Partido Popular con cualquier dictadura; y lo hace con el icono máximo de la libertad y la democracia; la esencia que identifica a un hombre con un voto: las urnas. Hoy sabemos que la izquierda nacionalista reaccionaria, que representa en nuestra tierra Compromís, votó en el Senado en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y lo hizo siendo consciente que unos minutos antes, en el Parlament de Cataluña, ya habían aprobado los golpistas, y en secreto, la voladura de España como unidad territorial indivisible. Compromís pudo elegir: o apoyar la legalidad constitucional; o impedir que España actuara contra los golpistas en defensa de la ley. Y decidió lo segundo. Mónica Oltra es la cara de Puigdemont y Junqueras en la Comunidad Valenciana. Desde enero de 2017, José Manuel Dolon unió su marca política y regaló su condición de alcalde de Torrevieja a la estrategia nacionalista-catalana, con apariencia valenciana, de Compromís, engañando a sus votantes de las municipales de 2015, y con el visto bueno de Ciudadanos y del traidor de Torrevieja. Incluso anunciaron públicamente que caminarían juntos hacia las elecciones de 2019; es el hombre de Mónica Oltra en Torrevieja. Por eso no oiremos al alcalde de Torrevieja condenar la acción más corrupta que puede ejercer un cargo político: violar la Constitución. Pero la esperanza ya esta aquí. Eduardo Dolón ha puesto en marcha a un grupo de hombres y mujeres, ilusionados y enamorados por Torrevieja. Sus ojos delatan pasión. Quieren trabajar por su pueblo, o lo que quede de él en pie. «En el dulsísimo nombre».
Albaladejo, te escribo esto
y ahí lo dejo:
Si el cabecilla del golpe anda suelto y despotricando, si el aparato propagandístico del golpe sigue con sus siete canales abiertos predicando el odio a España (TV3), si la calle está tomada por los golpistas sin que se haya decretado ninguno de los estados de excepción que contempla la Constitución, y si «el Gobierno vería con buenos ojos que Puigdemont y Junqueras se presentasen a las elecciones» -titular hoy de prensa-, a lo mejor no hemos parado el golpe sino que hemos hecho un pastel. Y además con la aviesa intención de aferrase al poder Mariano.
Pero no os preocupéis, os votaremos masivamente; eso sí, poniéndonos una pinza en la nariz.
No se si me leerá pero le voy a decir, que usted, Sr. Albaladejo, cada vez que leo me entra un miedo por el cuerpo que no vea, y además me planteo….como puede haber gente que haya pasado por la Universidad y que diga lo que dice, y piense como piensa. Dicho esto, usted todo lo magnifica, todo lo saca de quicio, usted separa en vez de unir. Entiendo que no le quiera (supuestamente )ni su propio partido, por lo que leo. No entiendo ese afán u obsesión mas bien, contra la lengua valenciana. Esa FOBIA tan sublime que usted tiene. Hagaselo ver, no lo veo normal, ni es normal.Y deje, de una puñetera vez a Mónica Oltra, que si le conoce, no creo que le quiera tratar y no presupunga lo que ella piensa. Ya es mayorcita, y dice lo que piensa y hace lo que dice, no lo que usted dice que piensa, ni hace lo que usted interpreta.