Un traficante de Torrevieja ha sido condenado a tres años y seis meses de prisión por un delito contra la salud pública y amenazas. La Audiencia Provincial también le obliga a pagar los 141 euros que costó el tratamiento veterinario de varios perros que se intoxicaron al morder el hachís que lanzó a una azotea cuando huía de la Guardia Civil. El tribunal acordó suspender la ejecución de las penas privativas de libertad durante 5 años, condicionada a que no reincida.
Simplemente surrealista