Febrero termina y en Torrevieja ya tenemos la vista puesta en la inminente temporada de Semana Santa. Atrás quedaron ya los deslumbrantes Carnavales, y ya han sido presentadas las procesiones de Semana Santa, con sus precedentes actos cuaresmales. Torrevieja mira a la Semana Santa con esperanza, en un año que ha comenzado con una notable mejoría económica y, sí, un repunte del sector inmobiliario. Porque, a fin de cuentas, nos parezca mejor o peor, y a falta de una industria definida, Torrevieja sigue moviéndose alrededor del sector de la vivienda, bien en torno a la construcción y venta, o bien en lo que respecta al alquiler vacacional, que vuelve a ser una modalidad en auge en la zona. A la noticia del repunte de licencias de obra que conocíamos a primeros de año, le sigue el resurgimiento del desarrollo de planes urbanísticos; una semana aquí, otra allá. Lo último, el anuncio de construcción de torres de gran altura en la Curva del Palangre, que se suma a los de Doña Sinforosa y el Campico de San Mamés. En general, se nota un repunte en la actividad económica, con el florecimiento de nuevas iniciativas comerciales y cierta «alegría» en las que ya existen. Y es que es muy gratificante ver que el trabajo hecho da sus frutos, y que el esfuerzo, y cuidado que dedicamos día a día no cae en saco roto, sino que recibe su recompensa y valoración. También debería empezar a dar sus frutos en breve la aprobación definitiva del presupuesto municipal, que se espera tenga su reflejo en las calles, con más limpieza, mejoras en parques y jardines, alumbrado, y en la imagen de la ciudad en general, para que se corresponda con las expectativas de nuestros nuevos visitantes y vecinos.
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