Otra historia real: Un hermano como ninguno

La Guerra Civil Española fue sólo ejemplo de odio, confusión y muerte, miseria y desgracia.
Secó, encogió y destruyó los intestinos y estómago de un padre muy querido, hambriento, cansado y con un trabajo mal pagado, con una esposa, cinco hermanos y una hermana que proteger y mantener.
El hermano más viejo, el mayor, llamado Antonio Manuel, comiendo cada dia gofio, té y queso ofrecido después de la guerra por los americanos, siempre en defensa de sus hermanos y hermana, decidió intervenir convirtiéndose en un boxeador para traer un necesario dinero extra a su casa, para ayudar a la hambrienta y paupérrima familia, mientras que sus hermanos ayudaban a la madre a recoger arena del barranco del barrio para venderla.
Antonio Manuel también jugó al fútbol, como algunos de sus hermanos, pero ahí no había dinero, pero sí mucho desgaste físico y encontronazos.
Antonio Manuel, muy talentoso, aunque falló en sus estudios por las malas compañías que encontró en su camino, tenía mucha suerte jugando a las cartas, a la ligada, que era una especie de póker, donde siempre ganaba, lo que ayudaba mucho a la familia.
Pasaron los años, parte de la miseria pasó, ya no era necesario boxear o jugar al fútbol o a la ligada o recoger arena del barranco, pero la madre, los cinco hermanos y una hermana perdieron a su padre, con sólo 59 años, un gran hombre, una gran persona, que construía sus propias mesas y sillas para la casa porque no había dinero para nada.
Hace un par de años, ese hijo que siempre ayudaba a la familia, como así lo hizo el gran campeón Mohamed Ali, ahora sufre de Parkinson y demencia, casi incapaz de hablar y moverse, y todos nos preguntamos, ¿por qué Antonio Manuel, un ejemplo de solidaridad y humildad?

José Antonio Rivero Santana

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