A escena nº453

Uno siempre entra en ESCENA por la primera puerta a la izquierda, mientras otros y otras, cómodamente instalados, han girado aceleradamente hacia la derecha bravía, y aunque el primer artículo me lo han colocado justamente debajo de «la corrupción», debo decir que no soy corrupto, y combato esta lacra como quiero, como puedo y donde me dejan. ¡Estas cosas pasan, comadre! Por esta y otras razones están justificados los apoyos a los jóvenes de la Plaza de la Constitución, léase Democracia Real Ya. Sus justas reivindicaciones, y las de la manifestación del Colegio Acequión, que ya está bien del negocio de los «barracones»… y es que en el fondo y en la forma hay que seguir indignándose, luchando por un cambio social más profundo, más justo, más libre, más igualitario, más solidario. Ahora tocan tiempos de recortes sociales y privatizaciones.

SIBERET ORCHESTRA
Ahí están. Nueve jóvenes arropados de saxos, trompeta, trombón, guitarras, batería y órgano. En su mayoría torrevejenses, aunque podrían ser de otra galaxia, creo. Nos deleitan con soul, rock and roll clásico, bandas sonoras de películas famosas… Sencillamente, son geniales, espontáneos, preparados, músicos como la copa de un pino, y abanderando (que esto es lo de menos) su NO A LA GUERRA. Lo cierto y verdad es que reciben los aplausos de los presentes, de los oyentes, de los jóvenes seguidores y no tan jóvenes. Ya digo, todo un lujo. Ya estuvieron en el Casino de la nueva Directiva, y brillaron; ahora lo han hecho en el acogedor pub Shannon, elegante, con buen rollo, muy irlandés, creo, ofreciendo otro magistral recital. La noche, muy bien, acompañaba, igual que era inmejorable la voz potente, nada estridente, asombrosa, para nada histérica, del cantante del grupo. Yo lo que quería decir es que, si no apoyamos este tipo de actividades musicales (que son culturales), ¿qué carajo hacemos con la «nuit» torrevejense?
En fin, que me han dicho que esta nueva sección Gusta a unos y no Apetece a otros muchos. Son cosas de la vida.

Oscar A. Claramunt

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