A quien corresponda

Sólo habría que pasarse por cualquier centro de mayores, para ver la desolación que es para la vista un número indeterminado de “viejos”, unos días jugando a cualquier juego de mesa, otros jugando al bingo de regalos, otros bailando, y éstos “viejos” sin derecho a tomarse un café, una cerveza o cualquier bebida que les pueda apetecer.
De los cinco centros de mayores que existen en Torrevieja, todos tienen su barra de bar, pero sólo la barra, porque el bar no existe, no sabemos qué “fuerzas” mayores han impulsado a cerrarlos, sin pensar que los mayores estamos generando empleos; sí, empleos, porque los que atienden los bares están trabajando gracias a los “viejos”.
También generamos riqueza, porque todos los víveres que se suministran alguien los ha manufacturado y los han hecho llegar a cada centro para su uso, y los bocadillos se hacen con pan, pan que lo fabrican en tahonas o panaderías, al igual que las patatas, los filetes, la fruta y, en general, todo lo que se adquiere en el mercado, entonces habría que pensar en que los mayores no son “esos viejos inútiles” que ya no sirven para nada y que deben esperar a que les llegue su día sin más.
Creo que se lo deberían pensar, razonar y con ganas de ayudar que levantasen ese veto que han puesto a todos los centros de mayores.
En el centro municipal de ocio, trabajaban, mínimo, seis personas, dando a diario bastantes comidas. Todo esto se ha perdido también y no encontramos el beneficio que sacan con tener cerrados a “cal y canto” los bares para los mayores, que son los únicos que utilizan estos servicios.
Creo, y así lo expreso, que las injusticias no deben ser para nadie, y esto es una injusticia.

Julián Castro del Amo

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