No a las primarias

José Manuel Martínez Andreu
Portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida de Torrevieja

Sí, lo reconozco, salir del armario político, así, sin más, y cantar públicamente su condición de anticomunista es digno de admiración. Digo admiración en el sentido etimológico de la palabra (quizás sorpresa), no me confundan. Joan Ribó así lo hizo, y, tras 30 años de pertenencia al PCE, asume su condición de arrepentido, y confiesa que, durante todo ese tiempo, le hubiera gustado estar en otro sitio. Más mérito aún le doy cuando fue elegido máximo cargo orgánico por un colectivo al que representó en las instituciones junto a su ideología, no olvidemos. ¿Y todo esto sin ser comunista? Cuanto sacrificio. Cuanta resignación. Cuanto sufrimiento se adivina en ese silicio clavado en el alma.
Ahora, desde su proyecto abierto dentro de Esquerra Unida, liberado de sus ataduras ideológicas, nos propone unas primarias para elegir candidatos a diputados nacionales en Alicante, Valencia y Castellón. Supongo que los legítimos candidatos elegidos por la asamblea soberana no le valen. Son de los otros, aunque sean mayoría. Asomémonos un momento a la trayectoria política del candidato propuesto por Joan Ribó para la provincia de Alicante, Ismael Vicedo. Uno vuelve a confiar y respira, aliviado. Y es que salió en su día de Esquerra Unida para participar en Nueva Izquierda. De ahí pasó a Izquierda Verde y ahora está en Iniciativa. ¡Ah, bueno! Esto ya lo hemos visto antes -los franceses dirían un «déja vù»-. Nosotros ese camino lo conocemos ya; lo han recorrido algunos desde hace mucho tiempo y llega inexorablemente al PSOE. No doy nombres, porque son conocidos por todos y no puedo ni quiero repetirlos aquí.
Unas de las premisas desde la que parecen partir ahora, otra vez, estos compañeros de proyecto abierto, juntos en este viaje con los de iniciativa, después de los fracasos anteriores, es que hay que emprender el camino desde el poder. Ahí estuvo el error antaño. La misión que se les encomendó y por la que siguen trabajando debe culminar obligatoriamente en la toma del control de los órganos de gobierno, y allí donde no se pueda por ser minoritarios, se dinamita, se entra en el Palacio de Invierno a golpes de primarias. Es su lucha final. En el coche-escoba recogerán a todos los tránsfugas actuales y anteriores, diseminados por el mapa político, testigos de las maniobras pasadas, salvo los que lograron abordar la nave nodriza, la casa común. Puede incluso que voten todos en estas primarias del transfuguismo.
No. No los dejaremos hacerlo; es obvio y Esquerra Unida concurrirá a las próximas elecciones generales con los candidatos elegidos por la mayoría de los delegados y delegadas de una organización democrática al amparo de sus estatutos.
Pero, ¿podrá salir ilesa Izquierda Unida de este embrollo federal? Llamazares desde el timón guía la nave hacia su destrucción, tirando por la borda el trabajo de muchos concejales, de diputados y de diputadas y el de una militancia que en algunos casos no puede creer lo que está sucediendo. Y no digamos los votantes, decepcionados con el espectáculo bochornoso de estas bajas traiciones.
No. No dejaremos que se prostituyan nuestras siglas, ni nuestra ideología. Los que quieran que gobierne el PSOE, pues que voten al PSOE y no a su rémora. En Esquerra Unida seguiremos con nuestro trabajo institucional para conseguir una sociedad más justa, con la vista puesta en el socialismo, en la defensa de nuestros valores irrenunciables de lucha contra el capitalismo y en pro de un estado federal y republicano.
Desde esta tribuna declaro solemnemente que ni participaré en esa pantomima llamada primarias por ser un timo antidemocrático, ni abdicaré de mi compromiso con el socialismo; participaré del proyecto inequívoco de Esquerra Unida junto con Izquierda Republicana (si así lo aprueban los militantes en referéndum). Yo sí que tengo claro cuál es mi ideología, cuál es mi camino y quiénes son mis compañeros de viaje.

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