Ya denunciamos en otros artículos la proliferación de los establecimientos que ofrecen sexo como negocio y, la verdad, es que lo es.
Se ha efectuado un experimento para poder conocer más a fondo este mundo. Se ha puesto un anuncio en un periódico con un número de teléfono ofreciendo todos los servicios sexuales que puede proporcionar una señorita, al precio de 120 euros la hora. En el transcurso de un mes, este teléfono registró la solicitud de 64 servicios, lo que supone 7.680 euros al mes, cantidad que, si la elevamos al año, nos genera la no despreciable cifra de 92.160 euros, casi 15.500.000 de la antiguas pesetas, sin tener que pagar impuestos.
Uno de los indicadores de que este tema es un buen negocio está en el crecimiento de las ofertas del mismo. En nuestra ciudad, en una sola revista publicitaria, existen: 15 establecimientos declarados como tales, 10 ofertas de trabajo solicitando señoritas para este tipo de centros, 23 contactos telefónicos ofreciendo servicios y 7 de ellos con especialidad de hombres para mujeres, sin contar las criaturas que se ofrecen en las carreteras o caminos.
A la vista de estos datos, no dudamos que existan personas desaprensivas que, formando mafias o no, exploten como objetos o máquinas a seres humanos, muchachas traídas a nuestro país engañadas, diciéndoles que van a tener un trabajo digno y, posteriormente, las explotan sexualmente hasta pagar la deuda contraída de los gastos del viaje, deuda que nunca terminan de pagar. Para algunas de estas personas, es un mundo terrible, sin seguridad social para el futuro, condenadas a vivir de esa manera hasta su vejez, etc.
Otro de los aspectos que nos encontramos en este negocio es la no contribución en impuestos y falta de solidaridad, al igual que todos los españoles, y, al contrario, sí que disfrutan de la protección social del estado, estableciendo uno de los sectores de economía sumergida que maneja cientos de millones de euros. Sin ir más lejos, en los telediarios del día 7 por la noche, se anunciaba la desarticulación de una de estas organizaciones deteniendo a 9 personas que explotaban a señoritas traídas de Sudamérica (Argentina, Colombia, Ecuador, etc.) en la ciudad de Zamora, con establecimientos en Galicia, estando al frente de ella, como gerente o coordinador, una persona que figuraba como muy conocida y respetable, que hacía importantes donaciones de caridad y era presidente de una Cofradía de Semana Santa. Se le calcularon más de 18 millones de euros en dinero blanqueado por la compra de décimos premiados de Lotería Nacional y colecciones de relojes y joyas.
Pero, lo más lamentable de esto es que, en nuestras averiguaciones, hemos constatado que existen padres de familia que se gastan el salario de la semana en estos establecimientos, privando a sus hijos de libros, ropa y calzado, etc., así como los disgustos y maltratos que proporcionan a sus esposas o parejas.
¿Es esto la libertad? ¿O es la esclavitud en todos los sentidos? Yo pienso que es lo segundo, aunque haya personas que piensen que con su cuerpo pueden hacer lo que quieran, creyendo que esto les lleva a una felicidad que es engañosa, pues la verdadera está en la espiritualidad del alma y la belleza que nos lleva a la Verdad, la Bondad y el Amor con mayúsculas.
Carlos García
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