El pasado sábado día 19, nos presentamos mi mujer y yo en la taquilla del Nuevo Teatro de Torrevieja para obtener entradas al objeto de disfrutar de la presentación de la Zarzuela «Los Gavilanes».
Llegamos alrededor de las 18:15 h. y nos encontramos con varias personas que habían llegado antes y que hacían cola para sacar las entradas mencionadas. La taquilla estaba cerrada y nadie sabía la razón ni se lo explicaba, ya que el cartel de los horarios de apertura de taquilla dice bien claro que ésta se abre a las 18:00 h. los días de actuación.
Se fue acumulando más gente y todo el mundo se preguntaba qué pasaba, con los inevitables comentarios de falta de seriedad y desprecio con que se trata al ciudadano de este municipio.
Finalmente, unos minutos antes de las 19:30 h., apareció la persona responsable de la venta de las entradas. Se le requirió respuesta sobre la tardanza y él se limitó a decir que la hora de apertura de la taquilla es las 19:30 h. Inevitablemente se le requirió respuesta sobre la razón de que el cartel diga que la apertura de la taquilla es a las 18:00 h.
El empleado en cuestión se limitó a decir que la apertura es a esa hora y que él no es el responsable del citado cartel. Posiblemente tenía razón, pero lo que sí está claro es que alguien la tiene. En cualquier caso, el responsable es el departamento del Área de Cultura, de quien depende el Teatro.
Es una verdadera pena que por causa de una cosa tan sencilla de solucionar, como es un horario ajustado a la realidad, la imagen que muchos ciudadanos tienen del funcionamiento del Ayuntamiento y de sus dependencias sea negativa.
Por ello, animo a que los responsables de departamentos municipales en general y en particular los del Teatro pongan especial cuidado en estos detalles, que, aunque parezcan de poca importancia, sí la tienen, por un lado en beneficio del ciudadano y por otro en la imagen que se proyecta sobre éste.
Eduardo Landa
P.D.: Durante la representación de la zarzuela -según mi opinión, de muy dudosa calidad, ya que toda la música y piezas cantadas se desarrollaron en «play-back», salían de la cabina una serie de voces y comentarios en tono alto perfectamente audibles y totalmente inadmisibles que perjudicaban la audición.
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