Un año más, se repitió la historia de los últimos años. Volvió a arrasar un país del Este de Europa, y van…
O cambia el sistema de votaciones, o mucho nos tememos que los países situados al occidente del Elba nos seguiremos tocando las narices en el festival de Eurovisión. Ya están asentados, y se demuestra año tras año, los bloques de votantes. Por un lado, el imperio vikingo: Islandia, Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Letonia y Lituania. Por otro, la antigua URRSS y el bloque de los Balcanes con la antigua Yugoslavia, Grecia y Chipre, y luego quedamos los fundadores y patrocinadores, que somos los que pagamos el festival y por ende participamos directamente sin selección: Alemania, Inglaterra, Francia y España, que, paradójicamente, año tras año quedamos en los últimos puestos.
De risa es ver cómo, cante quien cante, se cante como se cante, se sepa de antemano cómo va a votar cada país.
El que antes denostaba la canción del «Chiki-Chiki», José Luis Uribarri, y luego en un ejercicio de conversión, que no se veía desde la de San Pablo, se abrazó al Chikilicuatre como el que abraza la fe divina, fue un año más el encargado de retransmitir el festival. Pues bien, llegada la hora de las votaciones, el susodicho señor, con sólo decir el nombre del país, ya asignaba los votos directamente: -Vota Chipre… y la voz de Uribarri…: «Serbia 8, Croacia 10 y Grecia 12 …¡pleno!».
Lo que sí es verdad es que TVE este año ha salido ganando económicamente con la apuesta, sólo hay que mirar las estadísticas y ver que, desde los tiempos de Rosa de España, nunca se había llegado a una audiencia tan millonaria, y mucho nos tememos que el año que viene repitan la misma fórmula para enviar al representante.
Hablando ya del festival en sí, particularmente hubo un par de canciones que me gustaron: Portugal, con un fado precioso lleno de sentimiento, y Suecia.
Yo instaría a la dirección de TVE a, en un ejercicio de dignidad, hagan como ya hizo hace diez años Italia, mandar Eurovisión a freír espárragos. Porque está visto y comprobado que España, ni aún mandando a Montserrat Caballé y Plácido Domingo cantando a dúo «El coro de los Nibelungos» ganará nunca Eurovisión.
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