Se debe aplaudir con mucha fuerza la decisión de la Audiencia Provincial de Alicante, a través de su presidente, que está elaborando un protocolo de actuación para que los jueces puedan obligar a medicarse a los enfermos mentales, cuando el no tomar la medicación prescrita por su psiquiatra les lleva con demasiada frecuencia a tener brotes psicóticos, que en muchas de las ocasiones derivan en actuaciones conjuntas del Samu y de las fuerzas de seguridad, y, en el mejor de los casos para el enfermo y los familiares, el ingreso en una unidad de Salud Mental hospitalaria, donde, como mucho, sólo está, 2 ó 3 días. En el Congreso de los Diputados, toda la legislatura pasada y durante los cuatro años que duró, es decir, de 2004 a 2008, estuvieron discutiendo una proposición de ley para modificar la Ley de Enjuiciamiento Civil, para regular los tratamientos no voluntarios de personas con trastornos psíquicos, pero se cerró la legislatura y no se aprobó dicha proposición. La Ley española es demasiado garantista. Según parece, y a través de la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados, en la legislatura actual se quiere hacer algo pero no se sabe qué. Es muy loable que desde la Audiencia Provincial de Alicante se haya iniciado el trabajo compilatorio de todos los profesionales de este ramo, al igual que lo hicieron en el Congreso de los Diputados, pero éste sin ningún resultado positivo. Es muy de agradecer el esfuerzo de la Audiencia, dado que es una nueva tarea y que la asume a voluntad propia, y que podría cruzarse de brazos y hacer lo mismo que el resto de Audiencias Provinciales del país. Obviamente, tiene que dar su consentimiento la Consellería de Sanidad, porque de ella dependen las unidades hospitalarias, las urgencias, etc. Sería bueno que, además de estar de acuerdo en estos protocolos, mejorase, adaptase y ampliase plazas hospitalarias públicas para enfermos con estas patologías, ya que en la privada sí existen plazas para estos enfermos, a razón, mas ó menos, de 6.000 euros al mes (los ricos no tienen problemas). Sería ideal que estas medidas de Alicante fueran aplicadas al resto del país a través de una nueva proposición de ley; no obstante, si esto fuera así, luego estaría la problemática de su aplicación, sobre todo en la Sanidad, donde las comunidades tienen transferidas su gestión y cada una aplica la ley a su libre albedrío. Ejemplo palpable es la Ley de Dependencia, que en la Comunidad Valenciana aún no se aplica. Es tan injusto el tema de derechos en los españoles, sobre todo sanitarios, que dependiendo de la comunidad en que vivas tienes mas o menos prestaciones, y no solamente eso: se da la paradoja de que, viviendo en una gran ciudad donde están los grandes hospitales de la sanidad pública, algunos tienen establecidos determinados servicios a los que sólo pueden acceder los que viven por proximidad de zona, no teniendo acceso ni los que viven en otros barrios, ni los de su comunidad y mucho menos los del resto del país. Enhorabuena, sr. presidente de la Audiencia Provincial de Alicante, los que vivimos en Alicante agradecemos su esfuerzo y tesón. Ojalá el resto de presidentes del país actuaran como Vd. La última noticia, no obstante, habla de que se hará la prueba piloto en los términos judiciales de San Vicente y Alicante capital, ¿qué va a pasar con el resto de enfermos mentales de la provincia de Alicante? Ojalá el resto de provincias se unan a esta iniciativa, para obtener logros sociales para este tipo de enfermos, de los que, por desgracia, cada vez hay más en la sociedad. Hace 50 años o más, los enfermos mentales nada tenían que ver con los actuales. Evidentemente han evolucionado como la propia sociedad. En esa época, era «normal» ver los manicomios llenos de «pobres gentes» que, en muchos casos, eran mendigos mayores, con adicciones al alcohol, y otras muchas eran gentes desarraigadas; también los había con enfermedades mentales, con unos cocientes de inteligencia muy bajos. Los enfermos actuales también los hay de características parecidas a los de antaño, pero se diferencian en que una gran mayoría de estos enfermos son personas con inteligencia normal o incluso superior a la media, capaces de engañar de sus males a los mejores profesionales en una primera visita, de ahí que estos enfermos mentales del siglo XXI sean tratados y reconducidos a través de nuevos centros psiquiátricos, con nuevas metodologías, dada la gravedad de sus patologías, que en muchos casos atentan de manera continuada contra sus vidas e incluso contra los más allegados, como en el caso de la madre de Santomera.
Joaquín Garrido Mena
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